Todo lo que he leído de Ian Sales hasta ahora me había gustado (Apollo Quartet, Wunderwaffe). Cuando oí hablar de su nuevo proyecto, una space opera, primero me extrañó, porque se alejaba de aquello a lo que nos había acostumbrado pero luego me interesó, ya que es uno de mis subgéneros favoritos.
A prospect of war no es una space opera al uso. Aunque hay naves espaciales capaces de saltar entre planetas, el Imperio Galáctico dominante funciona anclado en el feudalismo. Se da por tanto una extraña mezcla muy curiosa entre alta tecnología y enfrentamientos a espada, entre viajes espaciales y mensajeros que llevan despachos dentro de las propias naves.
Ormuz es un joven plebeyo de provincias que inesperadamente se convierte en el objeto de deseo de muchas facciones en sus luchas por el poder. Resulta fascinante la crítica nada velada que el autor hace a la infinidad de agencias, departamentos y cuerpos que es capaz de tener un gobierno, todas velando por sus propios intereses y entrando en conflicto con las demás. La trama de espionaje que se desarrolla a lo largo de esta primera entrega de Age of Discord, es compleja, y aunque al principio cuesta un poco entrar en ella, conforme avanzas en la lectura vas comprendiendo más cosas.
Los personajes secundarios también están bien perfilados, siendo especialmente destacable la igualdad de género. No debería ser noticia pero lo es, aquí hay tanto mujeres como hombres que ocupan posiciones de responsabilidad. Sales es un reconocido defensor de la ciencia ficción escrita y protagonizada por mujeres y predica con el ejemplo.
Un pequeño problema con el que me encontré fueron los nombres de los personajes. A semejanza con los nombres romanos, en A prospect of war se puede llamar a cada persona de una forma distinta según la clase social a la que pertenezca o la relación que se mantenga con ella. Me costó hacerme con los diminutivos y apodos, no hubiera estado de más un pequeño glosario.
Este libro también es un ejemplo de bildungsroman ya que asistimos al paso a la madurez de Ormuz, que de trabajar en una nave espacial pasa a ser mucho más. En algunas ocasiones este cambio parece un poco forzado, resulta difícil aceptar que todas las voluntades se dobleguen a su paso, pero es posible que esto tenga una explicación más certera en las siguentes entregas.
También tienen su lugar en esta novela temas más controvertidos como la ética de la clonación o la eterna pregunta de si el fin justifica los medios, aunque me parece que el asunto fundamental es la obsoleta estructura social. Me gustaría que el autor profundizara más en estos aspectos y espero que lo haga en A conflict of orders.