Aunque Tim Powers es uno de mis autores favoritos, en algunos libros se pierde en su propia complejidad y da lugar a obras menores como la que tenemos entre manos.
La historia transcurre en los años 90 en Los Ángeles. Kootie, un niño de 11 años que se plantea abandonar su casa comete un último acto de rebeldía contra sus inusuales padres destruyendo un busto de Dante que había en su casa y huye con su extraño contenido, el fantasma de Edison. Con esta acción desencadenará una persecución que durará prácticamente toda la novela y nos llevará por los mundos de magia mezclada con la historia que tanto seducen al ganador del World Fantasy Award.
No cabe duda de que la labor de documentación que realiza el autor para cada novela es encomiable y que respeta cada hito histórico conocido para ajustarlo a su narración. Sin embargo, sus mayores cotas de éxito las consigue cuando es el propio protagonista el que es un personaje histórico, como Christina Rosetti en “Hide me among the graves” o Kim Philby en la fabulosa “Declara”. En “Expiration Date”, no obstante, aunque se insertan hechos de la vida de Houdini y de Edison el resultado no es tan redondo.
Otros hechos recurrentes de la mitología de Tim Powers aparecen desdibujados (la influencia del alcohol, el uso de velcros en vez de botones…), en favor de una “semitecnología” que me parece muy traída por los pelos pero que es un recurso quizá lógico cuando aparece Edison como personaje.
El principal problema de la novela puede ser que las distintas líneas argumentales que han de encontrarse lo hacen muy tarde, cuando ya casi han pasado dos tercios del libro, haciendo que el final sea precipitado y confuso. Aunque tampoco se puede desdeñar que las frases de los protagonistas que hablan español deberían haber recibido un poco más de atención, ya que tienen faltas de sintaxis y ortografía que resultan sorprendentes en un autor tan minucioso.
En definitiva, una obra fallida recomendable solo para los fans del autor.