Con este libro se acaba la trilogía Obsidian and Blood de Aliette de Bodard y es una auténtica lástima, porque el mundo que ha creado la autora francovietnamita merece ser revisitado en más ocasiones. A mí personalmente me ha encantado y espero que penséis lo mismo que yo.
Aunque el protagonista absoluto de las tres entregas es Acatl, High Priest of the Dead, poco a poco la figura de su alumno Teomitl va in crescendo. Hasta el punto que el título del libro es “Master of the House of Darts”, el título que ostenta como miembro de la familia imperial de Tenochtitlan. Sin menospreciar en ningún momento a Nezahual-Tzin, un personaje creado como contrapunto de Teomitl que podría ser protagonista de sus propias historias si Aliette así lo decidiera.
La historia engarza con la finalización del segundo libro, “Harbinger of the Storm”, en el que Tizoc-Tzin es nombrado Revered Speaker, cargo supremo del gobierno, a un altísimo coste mágico. Para confirmar el cargo se llevan a cabo una serie de batallas para conseguir prisioneros que serán inmolados a los dioses, mas en la ceremonia de recibimiento de las tropas uno de estos prisioneros cae víctima de una extraña enfermedad. Acatl debe investigar al respecto y evitar en lo posible que la enfermedad se extienda.
Las intrigas políticas y las luchas de poder forman el entramado de la historia, pero la existencia de la magia lo complica todo. El panteón de dioses es muy extenso y en cada nueva entrega vamos conociendo nuevas deidades, casi todas están caracterizadas por la misma sed de sangre viva.
La prosa es bella y cada palabra es acertada, se nota mucho trabajo por parte de la autora. Existen algunos problemas con la historia: algunos personajes que resultan ser importantes al final de la obra no aparecen hasta el final, como una suerte de Deus ex Machina; en momentos puntuales la trama avanza mediante oportunas informaciones que proveen los mensajeros en el momento justo… pero son menudencias.
Se nota la madurez como escritora que Aliette ha alcanzado a lo largo de la trilogía. No nos queda más que esperar su próxima novela, de la que ya ha acabado el primer borrador con título provisional “The Moon over Red Trees” para volver a asombrarnos con su escritura en formato largo, ya que en formato corto tenemos muchas oportunidades de disfrutar de su prosa.