Uno de los mejores libros que he leído en 2015 ha sido The mechanical, de Ian Tregillis. Por lo tanto, no resulta sorprendente que en cuanto salió a la venta The rising, la segunda parte de su trilogía Alchemy Wars fuera incapaz de resistirme a su compra y lectura compulsiva.
Aunque las buenas sensaciones que tuve con la primera siguen presentes, The rising sufre el “síndrome del segundo libro” donde se pierde la frescura de las primeras entregas y no vemos la culminación de la historia. Con esto no quiero decir que sea un mal libro, solo que se nota que es de transición.
La narración está de nuevo separada en tres puntos de vista, aunque en esta ocasión el padre Visser cede su puesto a Hugo Longchamp, encargado de la defensa de Marseille-in-the-West. Y es un buen cambio, por que la procacidad de sus comentarios añade un punto de frescura y humor muy de agradecer a lo largo de la historia, contrastando con algunos pasajes realmente duros, rozando el gore de tan realistas. Jax y Berenice siguen siendo los otros personajes principales, las otras piezas de este rompecabezas que el autor despliega ante nosotros.
La historia alternativa sigue su curso tras lo acaecido en la Forja del Nuevo Mundo (voy a intentar evitar los spoilers en lo posible) con Jax huyendo en busca de reino de los robots libres y el asedio a la capital de Nueva Francia cada vez más cercano.
Uno de los libros que más he recordado mientras leía ha sido Los robots de Aurora, por la total y absoluta dependencia de los holandeses en sus sirvientes mecánicos, algo en lo que no deja de hacer hincapié Berenice. Puede que el autor aproveche para hacer algo de crítica social con esta figura del servidor atento a todo pero no parece ser su principal objetivo.
Aunque Jax era mi personaje preferido, no puedo negar que Hugo ha conseguido conquistarme con su mezcla de fe ferviente y realismo descarnado. Berenice sigue siendo esa mujer entregada a defender su país a pesar de haber sido expulsada de su seno, que es capaz de sacrificar su bienestar por obtener información que sea valiosa para su patria, aún a costa de sus amistades. Me parece que uno de los puntos fuertes de la novela es la caracterización de estos protagonistas, así como el resto del elenco de personajes que vemos desfilar ante nosotros.
Aunque a veces las casualidades hacen avanzar la trama, es innegable que el ritmo se vuelve endiablado en la parte final del libro, donde las revelaciones más importantes desencadenan unos actos que pueden significar el amanecer de un nuevo. Desde luego, Tregillis puede contar conmigo para ver en qué queda todo esto. Espero que pronto llegue la tercera entrega.