Hubo muchas personas convencidas por la presentación de A las puertas de la nada en el Festival Celsius para leer una novela que de otra forma habría pasado desapercibida. Creo que Sense of Wonder publicará en algún momento la presentación, así que no perdáis la oportunidad de verla.
A las puertas de la nada destaca por varias características no muy comunes en una novela de ciencia ficción. La principal, y sin duda, la más comentada, es el punto de vista de la protagonista, una joven autista. El autismo es un trastorno que no es fácil de representar y los casos que podemos conocer por otros medios generalmente se limitan al Asperger popularizado por Sheldon Cooper. Sin embargo, Corinne Duyvis en una apuesta muy arriesgada, decide que conozcamos la historia que nos quiere contar a través de la óptica de esta persona autista.
El conflicto interior de la protagonista Denise, que tiene que adaptarse a un mundo diferente por la llegada de un cometa que se estrella contra la Tierra, está muy bien presentado. Denise tiene tics y manías en los que se refugia cuando sucede algo inesperado, que en un contexto como este es prácticamente siempre. En este sentido me recuerda a la protagonista de The Sudden Appearance of Hope. Y sin embargo, a pesar de todas las dificultades, es capaz de seguir adelante y conseguir sus objetivos. Deviene en todo un ejemplo para la comunidad de supervivientes.
Otro aspecto que me gustaría destacar es la situación de la novela. Los Países Bajos no son precisamente el escenario más habitual de novelas o películas apocalípticas y sin embargo en A las puertas de la nada forma parte indisoluble del desarrollo de la novela, especialmente por su carácter idiosincrático de “tierra ganada al mar”, pero también por la mezcla de culturas allí presentes, con personas de distintos orígenes que comparten su espacio. El hecho de que el padre de Denise sea de Surinam (antigua colonia) es un nuevo elemento que añadir a la novela y no es baladí. Es una maravilla, pero no hay ni rastro de racismo.
Hay algún aspecto que me ha convencido menos. La nave generacional que se torna base de operaciones de Denise parece un poco de cartón piedra, una oferta de mercadillo que a duras penas consigue funcionar. El sistema de elección de los pasajeros también es algo azaroso por no decir directamente aleatorio, pero es necesario para el desarrollo de la trama.
También es importante y quizá sea la enseñanza que nos queda de la novela el ánimo especialmente optimista de la historia. Estamos ante un conflicto que puede provocar el fin de la humanidad y no hay apenas violencia, la esperanza sigue habitando en los corazones de los afectados y se percibe un aire solidario realmente aleccionador. Últimamente estoy leyendo bastantes libros marcadamente positivos como Robots of Gotham, Record of a Spaceborn Few y este mismo que pueden marcar una tendencia hacia la positividad y la creencia en un futuro mejor que contrastan fuertemente con el grimdark y otros subgéneros de la fantasía. Si es una casualidad o un camino que seguir lo veremos en un futuro, pero me alegra mucho ese tono tan optimista en la ciencia ficción. Queremos más, por favor.
A las puertas de la nada está publicado por La Estrella Azul con traducción de Isabel Hoyos. Me gustaría también destacar la cuidada edición.