Hay algunas veces en las que te gusta tanto una historia que no deseas que acabe. Esto mismo me ha pasado con la trilogía Nexus de Ramez Naam, aunque he de reconocer que me parece que la ha concluido de una forma brillante.
La longitud de Apex, el último libro de Ramez, asusta un poco. Son 600 páginas, lo que cuando menos asegura varias jornadas de lectura. Sin embargo, la fluidez con la que se desarrolla la acción hace que este detalle no tenga importancia.
El autor de origen egipcio hace una apuesta arriesgada. El número de puntos de vista y situaciones crece exponencialmente respecto a las entregas anteriores, y en más de un momento puede parecer que pierde el control de las escenas, ya que muchas ocurren de forma simultánea. No obstante, con un envidiable uso del cliffhanger consigue salir con soltura de este múltiple juego malabar en que se convierte Apex. ¿Utilizará él mismo Nexus para aumentar sus capacidades? Habría que preguntárselo.
El ritmo, que ya era bueno en Nexus y Crux, consigue llegar a ser endiablado sin dejar información por el camino. Las apuestas cada vez son más altas, y lo que se atisbaba antes (el futuro de un mundo en el que los posthumanos están a la vuelta de la esquina) ahora se convierte en una realidad.
El mayor fallo que le veo es el excesivo optimismo del que hace gala su autor. Su confianza en la intrínseca bondad de la raza humana es admirable, aunque quizá un poco ingenua también. Ante la amenaza de la destrucción mutua asegurada son las decisiones individuales, no las de los gobiernos las que inclinan la balanza.
También me parece que se confía en exceso en la solución óptima para el Dilema del Prisionero reiterado, llegando a convertirse en el pilar fundamental del desarrollo de los últimos capítulos. Habría mucho que hablar sobre si una decisión moralmente reprochable puede dar resultados buenos a largo plazo.
En definitiva, si con mis anteriores reseñas no te había convencido de que leyeras a Naam, ya ni siquiera te queda la excusa de decir que solo lees sagas completas. Ya tienes a tu disposición los tres títulos y te aseguro que si empiezas, te resultará difícil parar.