No todos los días se tiene la oportunidad de leer una novela traducida del hebreo (creo que por aquí solo habíamos tenido otra anteriormente) y como la premisa me resultaba curiosa, decidí darle una oportunidad a Artífices del azar.
El hecho de que haya una organización secreta dedicada a crear coincidencias con vistas a un plan tan vasto que pocos lo conocen es llamativo, pero en el fondo Artífices del azar es una novela con trazas fantásticas que realmente se centra más en la trama romántica que el armazón construido para dar cobijo a los susodichos creadores de casualidades.
Y eso que el material de partida era bueno, porque los libros de texto de los que tienen que hacer uso los aspirantes a artífices tienen algunas lecciones cuando menos curiosas sobre probabilidades, efectos mariposa…
Sin embargo, la trama no consiguió despertar mi interés, bien sea porque no me he llegado a creer la relación entre los protagonistas o por que la sorpresa, cuando llega, era bastante previsible.
La trama paralela del mejor asesino del mundo me ha parecido muy divertida, obviamente también basada en casualidades pero tratada de una forma original y atractiva.
Artífices del azar es una lectura ligera y entretenida, escrita con un estilo ágil y divertido y con algo de moraleja. Muy asequible para cualquier lector, resultará entrañable para cualquiera que haya tenido un amigo imaginario o se ponga a pensar en esas casualidades que en algún momento le cambiaron la vida.
La traducción ha corrido a cargo de Roser Lluch i Oms.