Firewalkers

Es bastante complicado mantenerse al día de los lanzamientos de un escritor tan prolífico como Adrian Tchaikovsky, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo. En este caso la escasa longitud de Firewalkers facilitaba la tarea.

Se trata de una obra sobre el cambio climático y sus consecuencias, aunque quizá más sobre el hecho de que ya sea irreversible y cómo se podría vivir después de la catástrofe. Hablamos de una ciencia ficción de futuro cercano y he de decir que bastante pesimista, con una crítica nada velada a las desigualdades sociales donde las clases altas siguen viviendo rodeadas de privilegios a salvo de las inclemencias meteorológicas y la inmensa mayoría de la humanidad ni siquiera tiene segura su próxima comida.

En este contexto seguiremos la actuación de los firewalkers del título, jóvenes que se arriesgan a enfrentarse al desierto y sus peligros para recuperar el funcionamiento de las instalaciones fotovoltaicas que todavía alimentan los resorts de los ricos. La ironía es sublime.

El problema que le encuentro a esta historia en particular es que está bastante deslavazada, con una sucesión de anécdotas que no parecen tener conexión entre sí. Aunque en los momentos finales si que vuelve a recuperar la tensión, la verdad es que la historia y los personajes no acaban de cohesionar en un todo atractivo. Me gusta el tono reivindicativo, pero realmente las soluciones que se dan son un tanto rocambolescas, movidas quizá más por una búsqueda de un final feliz que de una consecución lógica de acontecimientos. En la primera parte de la narración el autor también cae en una serie de repeticiones que entiendo son innecesarias y lastran el ritmo de la historia, que como ya he dicho es bastante corta y quizá por eso no se note en demasía esta reiteración.

Considero que hay libros del mismo autor bastante más recomendables que este Firewalkers, que a mí no me ha convencido.

Across the Green Grass Fields

Se ha convertido en una costumbre empezar el año con la nueva entrega de la saga Wayward Children de Seanan McGuire. Este años nos ha sorprendido con Across the Green Grass Fields, emplazada en el mismo mundo del resto de los libros pero con personajes totalmente nuevos, como si la autora quisiera dar un nuevo punto de entrada a los lectores para que se pudieran subir al carro de la saga sin tener que echar mano de los cinco anteriores.

Yo he aprovechado que tenía disponible el audiolibro, que con apenas cuatro horas de duración he devorado en un solo día. La narración de Annamarie Carlson es muy adecuada al tono de la historia, con el paso de la infancia a la adolescencia de la protagonista.

Across the Green Grass Fields empieza de una manera muy atractiva, con Regan, una protagonista que descubre una característica de su desarrollo que la hace diferenciarse del resto de las niñas de su clase. Esta parte, que es la más interesante del libro por la exquisita forma en que la trata la autora, no es si no el preámbulo para la “verdadera aventura” que vivirá en la tierra de los centauros, al pasar por una de esas puertas que ya empezamos a conocer tan bien los lectores de la saga.

Es esta una novela corta distinta de las anteriores en el sentido de que es mucho más reposada y tranquila, dejándonos ver más por qué los niños no quieren volver de sus mundos de fantasía, donde se sienten amados, que la propia aventura en sí. Quizá por eso resulte un tanto anticlimático en su desarrollo, porque estamos acostumbrados a otra cosa.

Lo que es cierto es que si te gustan los caballos disfrutarás mucho de la lectura, porque el desprende amor por estos nobles animales desde la primera página. Ahora entiendo la “obsesión” de la autora por su colección de Mi Pequeño Pony.

Habrá al menos cuatro libros más de Wayward Children

Los fans de la saga Wayward Children de Seannan McGuire estamos de enhorabuena, ya que se han anunciado ¡cuatro! nuevas entregas.

El plan editorial consiste en ir publicando nuevas entregas en enero de años sucesivos. Por lo tanto, en 2021 podremos hacernos con  Across the Green Grass Fields, recién publicado, en 2022 con Where the Drowned Girls Go y así sucesivamente hasta, de momento, 2024.

No solo eso, si no que en octubre también se publicará Across the Saltwise Sea, la secuela bajo pseudónimo de Over the Woodward Wall, que precederá a otros dos libros que cerrarán la serie. Y si a esto añadimos la publicación de la secuela de Middlegame, anunciada para verano de 2022, vamos a tener McGuire para rato.

Skyward Inn

Sabía cuando empecé a leer Skyward Inn de Aliya Whiteley que me adentraba en un tipo distinto de ciencia ficción del que estaba leyendo últimamente, más intimista y pausado. Creía que era lo que necesitaba en ese momento para cambiar de tercio y dejar un poco de lado las novelas repletas de acción que pocas veces invitan a la reflexión.

Es cierto que Skyward Inn está escrito de una forma bella y tranquila y que expone temas muy importantes como la necesidad de pertenencia a una comunidad y la identidad propia, pero lo hace mediante una metáfora un tanto forzada para mi gusto, con una aproximación poco sutil e incluso algo basta en el aspecto físico.

El libro está narrado en primera persona a través de los ojos de Jem, una humana que tras alistarse en el ejército y cumplir su servicio en las estrellas, vuelve a su lugar de nacimiento en Devon, en un protectorado que intenta reproducir una idílica vida pretecnológica, sin implantes y basada en el trueque. El elemento disruptivo con el que vuelve es Isley, uno de los aliens a los que se iba a enfrentar la Tierra, con el que mantiene una relación amorosa platónica por estricta petición del propio Isley. Una vez de vuelta en la Tierra, inaugura una taberna donde se sirve un tipo especial de bebida fermentada por Isley, que parece tener capacidades alucinatorias en los humanos.

Mediante flashbacks provocados por la ingesta de esta bebida y diálogos interiores vamos conociendo la historia de Jem y de la comunidad en la que se ha aposentado, así como la de Fosse, su hijo al que dejó atrás al cuidado de su hermano. Esta parte de la historia transcurre de una forma demasiado lenta, aunque permite anticiparnos en cierta medida a lo que está por venir.

La autora utiliza la figura alienígena para hacernos reflexionar sobre el miedo, justificado o no, a lo extraño. Y mediante las relaciones interpersonales nos hace comprender el delicado equilibrio que existe entre la necesidad de pertenencia al grupo y la individualidad, tanto en el aspecto de relaciones amorosas como en otro tipo de relaciones. Pero hacia el final de libro, las tornas van cambiando y lo que antes se dejaba vislumbrar de una forma más sutil y delicada ahora se muestra en todo su esplendor y casi casi horror. Me temo que no he llegado a terminar de conectar con la obra y estoy segura de que a otro tipo de lector podrá llegar a encantarle la novela, pero en esta ocasión la ciencia ficción más social no era para mí.

Anunciada la publicación de Summer Sons

Tor.com ha anunciado la publicación de Summer Sons, la primera novela de Lee Mandelo. La novela verá la luz el 28 de septiembre y aquí os traigo la sinopsis:

Andrew and Eddie did everything together, best friends bonded more deeply than brothers, until Eddie left Andrew behind to start his graduate program at Vanderbilt. Six months later, only days before Andrew was to join him in Nashville, Eddie dies of an apparent suicide. He leaves Andrew a horrible inheritance: a roommate he doesn’t know, friends he never asked for, and a gruesome phantom that hungers for him.

As Andrew searches for the truth of Eddie’s death, he uncovers the lies and secrets left behind by the person he trusted most, discovering a family history soaked in blood and death. Whirling between the backstabbing academic world where Eddie spent his days and the circle of hot boys, fast cars, and hard drugs that ruled Eddie’s nights, the walls Andrew has built against the world begin to crumble, letting in the phantom that hungers to possess him.

Mi traducción:

Andrew y Eddie lo hacían todo juntos, los mejores amigos con una unión más profunda que si se tratara de hermanos, hasta que Eddie dejó atrás a Andrew para empezar sus estudios en Vanderbilt. Seis meses después, sólo unos días antes de que Andrew fuera a ir con él en Nashville, Eddie aparentemente se suicida. Le dejará a Andrew una terrible herencia: un compañero de habitación al que no conoce, amigos que nunca pidió y un horrible fantasma que le persigue.

Mientras que Andrew investiga la verdadera razón de la muerte de Eddie, descubre las mentiras y secretos que dejó atrás la persona en la que más confiaba, descubriendo una historia familiar empapada de sangre y muerte. Girando entre el traicionero mundo académico en que Eddie se movía y el círculo de chicos atractivos, coches rápidos y drogas duras en el que Eddie pasaba sus noches, los muros que Andrew había construido contra el mundo empiezan a derrumbarse, dejando que el fantasma que ansía poseerle lo consiga.

Anyone

Charles Soule vuelve a utilizar elementos de ciencia ficción para escribir unas novelas especulativas sobre la sociología y cómo cambiarían las relaciones interpersonales y la sociedad en general si cambiaran las reglas. Mientras que en The Oracle Year la premisa era el conocimiento de ciertos sucesos que iban a suceder en el futuro, en Anyone es la tecnología para cambiar mentes entre cuerpos la que dará lugar a toda la trama. Esta premisa, bastante utilizada en la ciencia ficción como en Carbono Alterado sin irnos muy lejos, viene aquí constreñida por ciertas limitaciones que Soule se impone para explorar las consecuencias de la aplicación de una tecnología desconocida hasta ahora.

La narración está dividida en dos momentos temporales, el momento en el futuro muy cercano cuando tiene lugar el descubrimiento casual de la tecnología y el otro unos 20 años después con una sociedad totalmente transformada por los cambios.

Anyone tiene muchos elementos de thriller, pero me interesa más el aspecto especulativo que deriva de la tecnología. La capacidad de cambiar de cuerpos podría acabar con el racismo y el sexismo, ya que nunca se sabría cómo es en realidad la persona con la que se está hablando. Se hace referencia de pasada al ahorro energético que supondría la posibilidad de evitar los viajes “en persona” a otros lugares del mundo cuando se podría hacer ocupando el cuerpo de otro ser. Pero al final, se queda un poco corto en este sentido y no se mete en la profundidad que a mí me hubiera gustado en este aspecto.

Afortunadamente, ambas tramas están bastante equilibradas y el autor mantiene cierto nivel de intriga sobre quién es quién en cada momento utilizando perfectamente el propio recurso que es el eje central de la novela, el intercambio de mentes. Aunque a partir de cierto momento la personalidad de la protagonista de la segunda parte de la trama resulta bastante obvia, el autor todavía se reserva un as en la manga para dar ese último giro, es vuelta de tuerca que acaba por cerrar la novela de un modo más que correcto.

It’s the End of the World: But What Are We Really Afraid Of?

De vez en cuando intento salirme del terreno más conocido de la ficción para adentrarme en algún ensayo que me parezca atractivo sobre alguno de los temas que me interesan, que son bastante variados. Y si lo que buscaba era un libro ecléctico, no cabe duda de que con esta corta obra de Adam Roberts he dado en el clavo.

El autor nos ofrece una serie de pequeños ensayos sobre los posibles finales del mundo, con algo de ese humor británico que a muchos gusta y a otros muchos exaspera y con una muestra muy acertada de su erudición. Ser capaz de hilar temas tan variados como los apocalipsis religiosos con los videojuegos o las invasiones zombies con el cambio climático no creo que esté al alcance de cualquiera, pero Roberts es capaz de hacerlo de una forma amena y didáctica.

Quizá el inconveniente de este libro es precisamente su amplio espectro, ya que toma muchos temas y juega con ellos, quizá sin llegar a profundizar en demasía en ninguno de ellos y dejando al lector con cierta sensación de vacío. Por ejemplo, no faltan las referencias a la ciencia ficción en general y a H.G. Wells en particular, pero quizá cada lector pueda aportar nuevos ejemplos que el autor no ha tenido en cuenta en alguna de sus enumeraciones.

Se trata por lo tanto de una lectura que puede resultar fascinante y es bastante asequible para el lector, con muchísimas referencias para continuar con el “estudio” si eso es lo que nos atrae, pero que me parece dirigido a un tipo de público muy específico y bastante restringido.