Ha habido una campaña de marketing brutal entorno al lanzamiento de Black Sun, hemos visto la portada del libro incluso anunciada en Broadway, lo que sin duda indica que estamos ante una de las grandes apuestas de la editorial para este año. ¿Merece el libro la pena? La respuesta es sí, aunque con matices.
El mundo que plante Roanhorse, basado en las culturas precolombinas, es bastante atractivo. Pero tiene además unos toques de magia que lo hacen mucho más interesante y no se recrea innecesariamente en los sacrificios humanos que parecen formar la espina vertebral de todos los libros que toman como referencia estas culturas. Además, se trata de una historia con múltiples puntos de vista y están muy bien llevados aunque como suele pasar en estos casos, algunos revisten más interés que otros.
Con todos estos puntos a favor os preguntaréis qué problema le he encontrado a Black Sun. El principal es que se trata de un primer libro eminentemente introductorio, tanto de los personajes como de la cultura en sí. Tiene un recorrido temporal claramente fijado, sabemos que todos los hilos tienen que llegar al gran final del eclipse al que hace referencia el propio título pero resulta muy evidente que se va a dejar mucha historia para las siguientes entregas, demasiado a mi entender. La sensación que queda es que es una primera parte de una novela, no una novela completa que se sostenga por sí misma. Entiendo que quizá, si la siguiente novela estuviera disponible y se leyera de corrido esta sensación desaparecería, pero como no es así la impresión que queda en el lector no es la mejor.
Entre los personajes, destacaría especialmente a Xiala y Serapio. La primera, por su relación casi destructiva con su propio poder y herencia, el segundo por ser un personaje ciego pero excepcionalmente bien narrado y con unos capítulos de flashback que son de lo más interesante de la novela. También me maravilla cómo se desarrolla la relación entre ellos de una forma orgánica y totalmente natural, extremos que se acercan y que se comprenden a causa de sus propias individualidades. Los demás personajes también están exquisitamente descritos, pero estos dos se han ganado un lugar en mi corazón.
Me parece importante destacar la trama política subyacente a toda la narración, sobre todo cómo unos hechos acaecidos hace tiempo, una represión violenta e injustificada sembró las semillas de la rebelión y cómo la clase privilegiada es incapaz de ver el resentimiento de los perjudicados, regodeándose en sus prebendas y obviando cualquier movimiento de reforma. En este sentido, el libro lanza un mensaje eminentemente político, aún envuelto de cobertura fantástica.
La prosa de Roanhorse es fluida y ayuda mucho a avanzar en las páginas de una forma fácil y rápida. Yo he disfrutado el libro en su versión audio, con varios narradores (Cara Gee, Nicole Lewis, Kaipo Schwab y Shaun Taylor-Corbett) que han realizado una gran labor caracterizando a los personajes, aunque en este caso también he de reconocer que el trabajo de algunos me ha gustado más que el de otros.
Espero con mucha curiosidad la siguiente entrega de la saga.