Network Effect

Una vez más tenemos la fortuna de contar con la colaboración para una reseña de Antonio Díaz, con quien en esta ocasión he compartido la lectura de Network Effect. Ponga un @mertonio en su lecturas, descubrirá cosas que le habían pasado desapercibidas.

Se habían creado muchas expectativas respecto a la novela de Murderbot, tras cuatro novelas cortas sobre el personaje creado por Martha Wells de interés decreciente. La salud de la serie estaba garantizada por los premios cosechados por las dos primeras entregas. Sin embargo, no se puede negar que Wells estaba repitiendo demasiado la fórmula ganadora perdiendo frescura como resultado.

¿Cómo volver al exitoso camino marcado en un principio? La solución utilizada por Wells s sencilla y a prueba de errores: reutilizar los puntos fuertes de la historia de Murderbot volviendo a ponerlos en el centro de la narración.

Eso significa que nos encontramos ante una novela rebosante de acción frenética a varios niveles y tan detalladamente narrada como viene siendo habitual en nuestro reluctante héroe artificial. No solo la reaparición de algunos personajes conocidos si no la incorporación de otros nuevos pero también interesantes dota de gran humanidad a la historia de robot asesino adicto a las telenovelas. Combinado con el innegable oficio de una autora con tantas novelas en su bibliografia, da lugar a un producto perfectamente disfrutable.

La novela destaca por aquello que hizo tan popular a su primera entrega: el monólogo interior del protagonista. Murderbot intercala la narración de lo que ocurre con sus afiladas apreciaciones al respecto. Un humor negro que describe el comportamiento humano como absurdo y extraño, mientras el protagonista nos cuenta por qué no se puede dejar a los humanos a cargo de tareas importantes (como su propia seguridad). Dentro de los muchos diálogos que conforman la novela son especialmente memorables los que implican a Murderbot y ese personaje al que nos referíamos anteriormente recuperado de las primeras historias cortas.

La trama central corre alrededor de un misterio al que se le da demasiado bombo para lo que termina siendo, con una exposición que acaba siendo repetitiva, pero el viaje merece la pena.

En definitiva, una obra bastante sólida que volverá a atraer a los fans incondicionales pero que también puede convencer a los que quedaron algo decepcionados con las últimas entregas.

Network Effect es la primera novela de Murderbot pero no será la última. Ya está programada la publicación de su continuación en la primavera del 2021.

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Libro gratis: Strangest of All

Está disponible para su descarga gratuita la antología Strangest of All, cortesía del European Astrobiology Institute.

Aquí tenéis los enlaces:

PDF, .mobi o ePub

Estas son los relatos incluidos:

  • “War, Ice, Egg, Universe” de G. David Nordley
  • “Into The Blue Abyss” de Geoffrey A. Landis
  • “Backscatter” de Gregory Benford
  • “A Jar of Goodwill” de Tobias S. Buckell
  • “The Island” de Peter Watts
  • “SETI for Profit” de Gregory Benford
  • “But, Still, I Smile” de D. A. Xiaolin Spires
  • “Martian Fever” de Julie Nováková

Gracias a Elías por el aviso.

Anunciados los finalistas de los premios Theodore Sturgeon 2019

Se han dado a conocer los finalistas de los premios Theodore Sturgeon, otorgados por el Gunn Center for the Study of Science Fiction. Son los siguientes, con su enlace correspondiente si están disponibles online:

¡Enhorabuena a los nominados!

Machine’s Last Testament

Esperaba con mucha curiosidad la primera novela “larga” de Benjanun Sriduangkaew. Sus novelas cortas como Scale-Bright o Mirrorstrike ya dejaban entrever que el resultado sería bueno, pero al final el salto de una extensión a otra conlleva riesgos.

Es innegable que la prosa de la autora sigue siendo una de las más cuidadas de la ciencia ficción. En esta ocasión, está acompañada de una trama política intrincada y absorbente, con planes que llevan décadas en ejecución para poder adelantarse a la vigilancia de una inteligencia artificial que todo lo controla, Samsara.

Me ha encantando el aspecto especulativo de la obra, investigando cómo podría ser el desarrollo de una inteligencia artificial que ha sido creada por humanos y que, por lo tanto, podría tener fallos desde su propio origen, heredados de sus creadores. El hecho de que el objetivo de Samsara sea proteger a los humanos y mejorar su vida no le impide atacar a aquellos que viven fuera de sus fronteras, dando lugar a una contradicción con la que hasta el más avanzado algoritmo tendría problemas. Benjanun maneja este dilema con maestría, dividiendo la propia psique (si esta es la palabra adecuada) de la inteligencia artificial.

Otro de los temas que el libro trata con descarnada dureza es el dilema de la inmigración. Los supervivientes de las purgas en sistemas remotos ansían llegar a Samsara, ese Edén donde la “benevolente” IA cuidará de tí y de tu familia para hacerte feliz. El proceso de admisión sin embargo es frío y aséptico y las posibilidades muy bajas a menos que tengas algo interesante que ofrecer. Y los campos de confinamiento no son mejores, donde los poderosos dan rienda suelta a sus bajas pasiones aprovechándose de los desesperados.

También podríamos hablar de la constante vigilancia y monitorización de todos los seres en el planeta, por su propio bien. Pero esto es algo que ya parece anecdótico e inevitable en una sociedad de este tipo.

Sriduangkaew no deja pasar la oportunidad para incluir las escenas de sexo explícito a las que también nos tiene acostumbradas, incluso con algo de sadomasoquismo para añadir a la mezcla. Pero me parece importante resaltar la aparición del consentimiento en estas relaciones. Y qué decir de la representación de las distintas sexualidades a lo largo del libro. El uso de pronombres variados que hace que el lector se tenga que plantear qué quiere decir exactamente un personaje que se autoproclama they o xe o cualquier otro. Una invitación a explorar un mundo quizá algo desconocido, pero sin duda a la orden del día.

Añadimos al conjunto algunas escenas de acción y peleas bastante bien narradas y tendremos una space opera de lectura muy entretenida aunque algo desafiante por momentos, ya que la forma de escribir de la autora no es un inglés muy asequible. El esfuerzo merecerá la pena.

K.J. Parker : Ingeniería fantástica

Quizá conozcais la sección que tuve el placer de escribir para la revista Supersonic, llamada Reconocimiento Digital. En ella intentaba descifrar las características definitorias de un autor en particular, repasando algunas de estas marcas registradas en relación con su obra. Era una labor trabajosa pero que me gustaba, ya que me servía para aclarar ideas respecto a los escritores y también para que tuvieran una carta de presentación ante el público que leyera la revista. No sé si cumplí mi objetivo, pero para este especial dedicado a K.J. Parker pensé que sería un buen colofón rematarlo con un reconocimiento digital dedicado a su obra.

K. J. Parker es el pseudónimo de Tom Holt, un autor con una considerable trayectoria a sus espaldas. Holt creó este alias para diferenciar sus obras algo más serias de su trayectoria habitual e incluso dos de sus novelas vieron la luz en España. Sin embargo, creo que sigue siendo un poco desconocido por estos lares, a pesar de la labor de divulgación que ha realizado Marcheto en Cuentos para Algernon, traduciendo algunas de sus obras.

La escritura de Parker tiene algunas características definitorias que lo hacen destacar y mucho en contraste con otras obras de fantasía, quizá más volcadas en la acción y la aventura que en la descripción y en la verosimilitud de los acontecimientos narrados. En este aspecto, se puede decir que la obra de Parker depende de las estructuras, tanto metafóricas como reales. Resulta apasionante ver volcados conocimientos de ingeniería y fabricación de la época antigua en una obra fantástica. Por ejemplo, en uno de sus títulos más recientes, Sixteen Ways to Defend a Walled City, el protagonista es un ingeniero que casi sin comerlo ni beberlo se encuentra al mando de la defensa de una ciudad amurallada ante el asedio de una fuerza eminentemente superior. Es sorprenderte el despliegue técnico de Parker, capaz de explicar el funcionamiento de un fundíbulo o las acciones de unos zapadores para poner en jaque el suministro de los acuíferos de la ciudad de una forma amena y me atrevería a decir incluso didáctica. En Prosper’s Demon, sin embargo, lo que nos fascinará será el desarrollo de una técnica de fundición para crear estatuas más grandes de lo que nunca se había conseguido, mediante el moldeo a la cera perdida. Y qué decir de los ensayos incluidos en Academic Exercises una auténtica maravilla de concisión y sabiduría. Excepto en estos últimos, que no son ficción, el aspecto técnico se apoya también en una estructura elaborada por el escritor que escoge el andamiaje más apropiado para cada historia que quiera contar, usando recursos narrativos por doquier que en otras manos menos diestras podrían dar lugar a confusión. Elipsis, narrador no confiable, cambios de punto de vista, ocultación de información… Toda una panoplia de herramientas para su uso y nuestro disfrute.

La mayoría, aunque no todas sus obras, están emplazadas en la denominada Parkerland, un mundo difuso con una cronología poco clara pero que sirve como perfecto escenario para sus personajes. Se puede discernir si una obra pertenece o no a este universo con la presencia o mención de su personaje favorito, el sabio Saloninus, arquetipo del narrador no confiable que mencionábamos con anterioridad y probablemente personificación del propio autor dentro de las publicaciones. Aunque no siempre protagoniza las historias, como en los relatos de Academic Exercises, es un placer encontrar alguna influencia o mención.

Los libros que no están relacionados con Parkerland, como The Downfall of the Gods, no desmerecen el resto de la obra. La ausencia de una marco prefijado hace que el autor tenga más libertad a la hora de introducir otros elementos, mitológicos en esta ocasión. Una de las características de su obra parece ser que conforme aumenta la longitud del libro disminuye la presencia de elemento mágico-fantástico en la lectura, en una suerte de relación inversa que el propio escritor ha hecho notar en algunas ocasiones.

A Parker tampoco le tiembla el pulso a la hora de escribir trilogías, desarrollando historias a lo largo de varios volúmenes. Mención especial en este aspecto quizá merezcaTwo of Swords, que en realidad es un fix-up de otros relatos publicados con anterioridad, pero que consigue hilar la historia del enfrentamiento entre un imperio dividido con todo el ingenio posible, sin escatimar apenas la crueldad inherente a estas batallas épicas. En esta serie de libros podremos disfrutar de una dualidad no solo presente en el propio título de la saga, si no en los personajes creados, asimilables en parejas, así como los contrastes entre ambos imperios, demasiado parecidos para acabar siendo absorbidos el uno por el otro. Una cualidad importante también en la obra de Parker es el hincapié que hace en la futilidad de la guerra, un empeño inane en el que se vuelcan recursos que no se podrán recuperar (especialmente interesante resulta en este sentido las empresas de recuperación de pertrechos de la mencionada Two of Swords). Aunque su principal obsesión parece ser hacernos conscientes de la cantidad de vidas humanas desperdiciadas para continuar en el mismo punto. Un alegato pacifista que también podemos ver en Sixteen Ways to Defend a Walled City y en otras de sus obras.

En este enlace podréis tener acceso a su extensa bibliografía, para escoger por dónde comenzar a conocer la obra de un autor más que recomendable. Dentro de lo que ha publicado si buscas algo en español “El matadragones de Merebarton” que es un comienzo estupendo, una novela corta con mucho humor es Downfall of the Gods y una curiosa comparativa de la esgrima y el fútbol con espionaje de fondo es Sharps. Espero que este artículo os haya servido de guía para que al menos sintáis curiosidad por sus libros. Os aseguro que no os arrepentiréis.

Espero que os lo hayais pasado bien con esta semana dedicada a K.J. Parker y sobre todo, que os haya picado la curiosidad para conocer la obra de un autor que merece mucha repercusión. Con eso, habremos cumplido nuestro objetivo.

Sharps

Es todo un placer tener de nuevo por estos lares a Antonio Díaz, que como experto conocedor de la obra de Parker no podía faltar en esta semana dedicada al autor. En esta ocasión reseña una obra menos conocida de Parker, pero no por ello menos interesante.

K. J. Parker nos presenta una novela de fantasía autoconclusiva en Sharps, en la que dos naciones que han firmado una endeble tregua después de años de guerra se encuentran de nuevo al borde del enfretamiento. Un esfuerzo diplomático se materializa tomando como punto clave el pasatiempo común de ambos países: la esgrima.

Desde uno de los países se recluta a un equipo “olímpico” de esgrimistas para hacer un tour por el país vecino, enfrentándose en una especie de campeonato amistoso en un intento de rebajar tensiones y aunar ambos pueblos.

Uno no puede leer Sharps sin sentir que toda la novela hay una comparación entre la esgrima y el fútbol en nuestro mundo. La pasión con la que hablan los personajes que pueblan sus páginas es real. Parker hace gala de un conocimiento enciclopédico entre los diferentes estilos de lucha, tipos de espadas, ataques, fintas, etc. Se repiten discusiones sobre grandes combates del pasado, se trata a los espadachines como auténticas estrellas de rock (o jugadores de fútbol), hay coleccionistas que gastan fortunas en merchandising y los aficionados no dudan en agolparse para ver un buen combate y, si no están satisfechos, organizar una revuelta si es necesario.

La novela se desarrolla intercalando los puntos de vista de los miembros del equipo de espadachines visitante. Es una aproximación interesante que destaca las diferentes motivaciones que les han llevado a unirse al equipo y permite narrar los combates desde diversas perspectivas. Llama la atención que Parker no escriba en ningún momento desde un punto de vista de la nación visitada, entiendo que obra así para sorprender por las diferencias culturales de la nación.

El ritmo de Sharps es dinámico por el tema que trata y el ágil cambio de punto de vista. Esto unido a que no es una novela excesivamente larga (449 páginas en la edición de bolsillo de Orbit que yo tengo) hace que se lea con rapidez.

Está la novela ambientada en Parkerland, como la mayoría de sus obras, esa suerte de alternativa histórica y difusa que le permite citar pintores, religiones, filósofos, naciones vecinas e imperios del pasado todos ficticios. Ya en la primera página tenemos una mención a Saloninus, un filósofo y un truhán y uno de sus personajes más divertidos.

Sharps es una gran muestra de la capacidad de Parker de moverse en el formato largo, desarrollar ideas más complejas y profundizar en sus personajes a la vez que realiza comparaciones entre la novela y el mundo real (no sólo la evidente crítica a los deportes mayoritarios) si no también un alegato contra la guerra y un suspiro resignado ante la naturaleza humana (y su tendencia a la belicosidad).

Mañana daremos por finalizado esta serie de artículos dedicados al autor K. J. Parker con una sorpresa que solo reconocerán los lectores de Supersonic. Ahí lo dejo para que penséis un poco.

My Beatiful Life

My Beatiful Life es una novela corta publicada en 2019 por Subterranean Press, así que es una muestra muy reciente de la obra del autor. En muy pocas páginas seremos testigos de muchas de las características de la escritura K.J. Parker, a través del relato de un pobre que por azares de la vida va subiendo por la escala social de la forma más meteórica.

Utilizando una primera persona que resulta divertidísima a pesar de narrar en su gran mayoría desgracias, veremos cómo trata la vida a tres hermanos de humildes orígenes. Se podria hacer un estudio sobre cómo se describe el trabajo de la madre, supuestamente el más antiguo del mundo, pero sobre todo cómo conforme van avanzando los años se dejan de lado los paños calientes y los eufemismos para acabar llamando a las cosas por su nombre. Resulta muy curiosa e incluso formativa esta variación de los términos utilizados, siendo una forma más de marcar el paso del tiempo sin necesidad de recurrir a calendarios ni otros adminículos. También asistimos al diferente tratamiento que recibe una joven heredera conforme va pasando el tiempo, así que se podría decir que uno de los ejes sobre los que pivota la historia es el paso del tiempo y cómo afecta a nuestras percepciones y creencias.

Es hilarante la descripción que el escritor nos brinda sobre la burocracia imperial, perfectamente asimilable a la que conocemos en la actualidad. Títulos rimbombantes que ocultan puestos vacíos mientras que los más humildes son los que en realidad manejan el cotarro. ¿Cómo sobrevivir a esa jungla de papeleo digna de una de las pruebas de Astérix? Todo resultará más fácil cuando no se tienen otras distracciones en la cabeza, aunque en ocasiones haya que cortar de cuajo el origen de los problemas, de forma muy literal y sangrienta.

La longitud de My Beatiful Life se adapta de forma perfecta a la historia que se quiere narrar. No sobran páginas ni tampoco se echa en falta una profundidad mayor en los temas tratados. Es una novela corta que se lee en un suspiro y que puede ser una más que adecuada puerta de entrada a la obra del autor.

My Beatiful Life se puede definir como un ejemplo perfecto de novela Parkeriana (y si queréis conocer las características definitorias de este término que me acabo de inventar os recomiendo visitar el blog el viernes).

Mañana podréis disfrutar de una reseña de una obra algo más antigua del autor a cargo de uno de los lectores más duchos en su obra que conozco.

The Devil you Know

Me complace abrir las puertas del blog a un nuevo colaborador, Esteve Torrents, al que quizá conozcáis por su actividad en Twitter bajo el alias El Commutador. Como entre las dos mentes pensantes de este especial le convencimos para empezar a leer a K.J. Parker, creo que es una buena idea conocer sus impresiones como lector primerizo con el autor.

Me hace mucha ilusión que Leticia me haya pedido colaborar en su blog, con esta reseña, dada la cantidad de buenas lecturas que he disfrutado a lo largo de los años, gracias a sus recomendaciones. Sin ir más lejos, Adrian Tchaikovsky se ha convertido en uno de mis autores preferidos, aunque no había leído nada de él hasta hace poco, cuando diversas reseñas de Leti me espolearon a hacerlo.

But I digress…

Escuchar el audiolibro de The Devil You Know, fue una doble recomendación de Leticia: “leer” algo de K. J. Parker, uno de sus autores preferidos, y recuperar la suscripción a Scribd, para los audiolibros.

¡Y qué recomendación!

Inicialmente, dudaba si escuchar este audiolibro de Parker, o elegir otro, por que por la sinopsis, parecía que el libro tendría mucho diálogo (un filósofo ateo y un demonio burócrata, no van a hablar precisamente poco), y el dia de autos, no tenía la mente demasiado preclara para diálogos en inglés, por lo que temía confundir a los protagonistas.

Finalmente, decidí escuchar este libro, por que tras oir los primeros minutos, me quedó claro que mi temor era infundado, ya que K.J. Parker diferencia claramente, en todo momento, la voz de los dos personajes, presentando sus motivaciones, sus dudas y sus intenciones parágrafo a parágrafo, en un fabuloso toma y daca en primera persona, un crescendo delicioso, que por momentos temí que llevaría a un final que no estaría a la altura.

Pero, para mí alegría, sí lo estuvo. El autor tiene, además de una indudable calidad literaria, oficio. Y eso se nota, porqué debajo de la primera capa de humor e ironía, Parker se marca algunas reflexiones interesantes sobre religiones y creencias, de manera totalmente fluida, integrando estas reflexiones en los diálogos y argumentaciones (¿o engaños?) de los protagonistas, hasta llegar a ese final donde todas las piezas encajan como han de encajar (teniendo en cuenta el tono del relato), lo que me dejó el resto de la tarde con una sonrisa de satisfacción.

A pesar de tratarse de una novella, los dos protagonistas, los mencionados filósofo ateo (que no es trigo limpio, precisamente) y burócrata del infierno (un tanto quemado por su trabajo y por la actitud de sus superiores), tienen personalidad. Parker no necesita demasiadas páginas, para darnos unas pinceladas sobre sus vidas y conseguir que empaticemos con ellos. Con ambos, de hecho. Ese es, a mi parecer, el gran éxito del autor: crea personas en tres dimensiones, con diferentes capas de gris; personajes con quienes nos podemos identificar, e ir a tomar una cerveza y charlar. No son peones al servicio de la historia, sino que ellos construyen la historia.

Porqué, por mucho worldbuilding que contenga un libro, y por bueno que este sea (si bien hay que reconocer que aquí no está muy desarrollado, más allá de unas pocas menciones, al servicio de los diálogos), al final son los personajes los que quedan en nuestra memoria lectora. Como en este caso.

Hay que añadir que Will Dameron, el narrador del audiolibro, es excelente y hace algo que no es nada facil: deja que sean las propias voces de los personajes, las que lleven el peso de su narración.

Con todo, una excelente primera lectura de K. J. Parker. Sin duda, no será la última.

Y por cierto, a partir de ahora me fijaré más cuando cierre contratos…

Muchas gracias a Esteve por su colaboración, esperemos que el especial sobre el autor os esté gustando. Mañana podremos disfrutar de la reseña de una de las obras más recientes del autor.

Entrevista a K.J. Parker

Esta semana vamos a hablar y mucho de un autor que nos gusta especialmente en el blog. En colaboración con Marcheto, de Cuentos para Algernon, aquí os traemos la entrevista que nos ha concedico K.J. Parker, alter ego de Tom Holt. Espero que la disfrutéis y que os ayuda a conocer a un interesantísimo escritor. Al final de la página podréis ver la entrevista en inglés.

¿Por qué escogiste usar pseudónimo y por qué K.J. Parker en particular? ¿Cuál fue la razón de desvelar el secreto tan tantos años?

Cuando decidí escribir los libros como K.J. Parker, ya llevaba escribiendo y publicando novelas 16 años, bajo mi propio nombre. Estos libros eran muy distintos de lo que escribo como Parker; son comedias ligeras y frívolas, en ocasiones descritas como “absurdas” y “alocadas”, dos adjetivos que odio particularmente, pero dejémoslo. Temía que si publicaba mi material nuevo y menos frívolo bajo mi propio nombre, pasarían dos cosas: a) gente que comprensiblemente se mantendría alejado de algo definido como “absurdo” y “alocado” asumiendo que sería más de lo mismo o b) mis lectores habituales comprarían los nuevos libros esperando cosas “absurdas” y “alocadas” y se llevarían un chasco. Así nació K.J. Parker.

K J eran las iniciales de un buen amigo mío que me enseñó todo lo que sé de ingeniería: era un virtuoso en su terreno y esperaba que K.J. Parker lo fuera también en lo suyo. Parker, porque Parker es un fabricante de plumas de alta calidad y otra forma de decir pseudónimo es “pen name”.

Todo esto salió a la luz porque mis editores querían algún gancho publicitario para la publicación serializada de Two of Swords. Al final resultó que no le importaba a nadie, ni mi identidad secreta y ni el propio libro. ¿Se podría culpar a alguien?

¿Cómo fue tu experiencia de publicación en España? ¿Hay alguna posibilidad de volverte a leer en nuestro idioma?

A veces me molesta, aunque solo un poco, que haya más gente que ha leído a K.J. Parker traducido que en inglés. Solo un poco, porque me encanta que cualquiera me lea. Pero también un poco porque la cualidad de la que estoy más orgulloso en el trabajo de K.J. Parker es el estilo (la elección de palabras, el uso de la gramática y la sintaxis, la voz, las cadencias, ese tipo de cosas). Y todo eso se pierde cuando no son mis palabras las que el lector ve. Probablemente mis traductores producen algo igual de bueno, puede que incluso mejor, pero no son mis palabras, esas que he escogido cuidadosamente y sobre las que he sufrido. Los personajes, las tramas, las situaciones se traducen bien pero, ¿las propias palabras? No lo sé. Lo que me hace preguntarme, ¿qué lo que le gusta a mis lectores de mi obra traducida?

Hay una novela corta, una de mis favoritas, que nunca se ha publicado en inglés, solo en chino. Probablemente sea mejor en chino que en inglés.

Algunas de tus obras se pueden enmarcar en mundo del “Sol Invencible”. ¿Tienes una cronología de este universo para seguir contando historias relacionadas o es simplemente que te gusta el escenario?

Esta es complicada. Para responder de forma simple: muchos de mis libros y relatos están situados en el mismo mundo, pero a lo largo de un tiempo muy dilatado, del orden de unos dos mi años (más o menos el mismo tiempo que separa la fundaciónde Roma de la caída de Constantinopla). Como la tecnología y la vida material de la gente normal en K. J. Parkerland cambia tanto como cambiaba en la vida diaria de los romanos, es decir, muy poco, hay poca información en los propios libros y relatos para situar el periodo histórico en el que transcurren.

La verdad es que me gusta usar varias cosas, como imperios divididos en dos mitades o ciudades-estado marítimas, o una raza de arqueros a caballo nómadas, o un religión monoteísta como estándares adecuados para mis libros, pero soy demasiado descuidado como para mantener estas referencias consistentes. Escribir un historia alternativa coherente no es lo que estoy tratando de hacer, así que no importa. La única excepción es mi personaje recurrente favorito, Saloninus. Es tan resbaladizo como una anguila, le encanta aparecer en una historia yluego en un relato situado doscientos años después, en un momento en que lo razonable sería pensar que ha muerto.

¿Cuál es tu longitud favorita para contar una historia (novela, novela corta, relato…)?

Depende de la propia historia. Algunas necesitan mucho espacio y a otras les sienta mejor ser concisas y dulces. En términos meramente económicos, me gustan mucho las novelas cortas porque se pagan mejor que las novelas o los relatos. Pero no me gusta restringirme a un solo formato ya sea corto o largo. Me gusta hacer cosas distintas en los tres formatos que uso. Por ejemplo, prácticamente no hay nada mágico ni sobrenatural en mis novelas, pero los relatos cortos son completamente mágicos y supernaturales. En las novelas cortas hay un poco de ambos.

Algunos de tus libros muestran un trasfondo muy detallado en temas muy diversos: tácticas de sitio en Sixteen Ways to Defend a Walled City, metalurgía e ingeniería antigua en la trilogía del ingeniero, diversos tipo de hojas y técnicas de esgrima en Sharps… ¿Haces mucha investigación en estos temas o ya eran de tu interés con anterioridad a decidirte a escribir sobre ellos?

Un poco de ambos. Empiezo con algo que me interese, veo su potencial como material para escribir y comienzo a investigar para el libro. No escribo sobre todo lo que me interesa, pero me interesa todo aquello sobre lo que escribo.

En ocasiones el libro llega antes; aprendí sobre la creación de armaduras para ser capaz de escribir sobre ello y ahora es uno de mis pasatiempos favoritos. Del mismo modo, hay un par de cosas sobre las que he escrito que no he hecho, sabía que tenía que haber una caza del jabalí en la trilogía del ingeniero, pero soy demasiado mayor para hacerlo a la forma tradicional, con perros y lanzas, así que me fie del testimonio de dos buenos amigos míos, ambos experimentados e intrépidos cazadores, que fueron capaces de relatarme con todo detalle cómo se hace y qué se siente. La mayoría de las veces, sin embargo, hago mi propia investigación.

¿Te gustan los audiolibros? ¿Crees que tus novelas se adaptan a este formato?

Me encantan. Es mi forma favorita de experimentar mi propio trabajo.

Parece que te gusta mucho la figura del narrador no confiable. ¿Cómo desarrollas este personaje, sabiendo que tienes que ocultarle información al lector pero seguir interesándole?

La gente miente, es una parte fundamental de la naturaleza humana. La clase de gente sobre la que me gusta escribir son propensos a mentir a otra gente, al lector, a sí mismos. Juegan con la verdad incluso cuando no están directamente mintiendo, porque jugar con la verdad es una buenísima definición de la escritura de novela y relatos. Sobre todo, me gusta escribir sobre personas intersantes y complicadas, que se encuentran con problemas que ellos mismos han provocado.

Muchas gracias a Tom Holt por ser tan amable al contestar nuestras preguntas. Espero que os haya interesado la entrevista. A continuación, la podéis leer en inglés.

K.J. Parker interview

Why did you choose to use a pseudonym and why K.J. Parker in particular? Why come out after all those years?

When I decided I wanted to write the K J Parker books, I’d already been writing novels for about 16 years, and publishing them (under my own name, naturally). Those books were very different from the KJP stuff ; they were light-hearted, frivolous comedies – described in reviews as ‘wacky’ and ‘zany’ (two adjectives I’ve always particularly hated, but never mind). I was afraid that, if I published my new, rather less frivolous stuff under my own name, (a) people who quite understandably steer clear of anything branded ‘wacky’ and ‘zany’ would assume it was just more of the same tripe, from an established tripe-peddler (b) my existing readers would buy the new books expecting wackiness and zaniness and would, understandably, be disappointed. So K J Parker was born.

K J were the initials of a good friend of mine who taught me everything I know about engineering; he was a supreme craftsman in his field, and I hoped KJP would turn out to be similarly craftsmanlike in his. Parker, because Parker is (in the UK) a manufacturer of high quality pens, and another term for pseudonym is ‘pen name’.

I came out because my publishers wanted some sort of publicity hook for the publication of the serialised version of Two of Swords. In the event, it turned out that nobody was particularly interested, either in my true identity or the Two of Swords. And who can blame them?

How was your experience of being published in Spain? Is there any chance that we will see again your work translated into Spanish?

It sometimes irks me, ever so slightly, that more people have read K J Parker in translation than in English. Only ever so slightly, because I’m delighted and grateful that anyone reads my stuff at all. But ever so slightly nevertheless, because the thing about the K J Parker stuff I’m personally the most proud of is the style – choice of words, use of grammar and syntax, the voice, the cadences, that sort of thing. All that goes by the board, of course, when it’s not actually my words that the reader gets to see. Probably the people who translate my stuff produce something that’s just as good, and quite possibly better; but it’s not my words, the words I’ve carefully chosen and agonised over. Characters, plots, situations &c translate just fine, but the words themselves? I honestly don’t know. Which makes me wonder what it is about my stuff, in translation, that people like?

There’s one novella – one of my favourites – that’s never been published in English, only in Chinese. It’s probably better in Chinese than English.

Some of your works can be related to the “Invincible Sun” world. Do you have a chronology of this world to keep telling us stories about it or it is just that you like the setting?

This is complicated. To try and keep it simple; a lot of my books and stories are set in the same world, but spaced out over a very long time, something in the order of 2,000 years (roughly the same timespan that separates the foundation of Rome from the fall of Constantinople). Because technology and the material life of ordinary people in K J Parkerland changes about as much as everyday life did under the Romans – ie very little – there’s little in the books and stories themselves to show what time period they’re set in.

The real truth is that I like to use various things, such as an empire divided into two halves, or a seagoing mercantile city-state, or a race of nomadic horse-archers, or a monotheistic religion, as standard fixtures and fittings in my books, but I’m too careless to keep the references to them consistent. Writing a coherent consecutive alternative history isn’t what I’m aiming to do, so it doesn’t really matter. The only exception to that is my favourite recurring character, Saloninus; who, being slippery as an eel, takes great pleasure in appearing in one story and then in another one set two hundred years later, by which time he really ought to be safely dead

What is your favorite lenght to tell a story (novella, novelette, novel)? What is your favorite short story?

It all depends on the story. Some stories need a lot of space and scope, others need to be kept short and sweet. In real-life terms, I’m rather fond of novellas, because (in terms of dollars per hour) they pay better than either novels or short stories. But I wouldn’t want to be restricted to any one form, short, medium or long. I like to be able to do different things in the three different forms I use. For instance, there is practically no magic or supernatural stuff in the novels; the short stories are almost entirely magic and the supernatural; the novellas are a mix of both.

In some of your books show a very detailed background in the most various topics: siege tactics on Sixteen Ways to Defend a Walled City, metalwork and antique engineering in the Engineering Trilogy, various types of blades and fencing techniques in Sharps and so on. Do you do a lot of research for those or are these topics in which you have a keen interest and decide to write on them?

A bit of both. I start off with an interest in something, realise its potential for being written about, and then get into it further for the purposes of the book. I don’t write about everything that interests me, but I’m interested in everything I write about.

Occasionally the book comes first; I learnt about making armour so as to be able to write about it, and now it’s a favourite hobby of mine. Likewise, there are one or two things I’ve written about that I haven’t actually done myself; I knew I had to have a wild boar hunt in the Engineer trilogy, but I’m far too old and timid to go hunting wild boar the old-fashioned way, with dogs and spears, so I relied on the testimony of two good friends of mine, both of them experienced and intrepid hunters, who were able to give me full and reliable accounts of how it’s done and what it’s like. Mostly, though, I do all my own stunts.

You seem to like a lot the unreliable narrator figure. How do you develop this character, knowing that you have to conceal information from the reader and at the same time keep interesting them?

People lie; it’s a fundamental part of human nature. The kind of people I like to write about are very likely to tell lies – to other people, to the reader, to themselves. They play games with the truth even when they aren’t flat-out lying, and I like that, because playing games with the truth is as good a definition of writing novels and stories as you’re likely to get. Above all, I like writing about interesting, complicated people who find themselves in trouble of their own making.

Do you like audiobooks? Do you think is a format suitable for your novels?


Absolutely. It’s my favourite way of experiencing my own work.

Mañana seguiremos con la semana dedicada a K.J. Parker con una reseña de un nuevo colaborador del blog.