Hace tiempo que no hacía reseñas conjuntas con Antonio Díaz y eso es algo que podía dejar que siguiera ocurriendo. Aquí os traemos nuestros comentarios sobre The Seven Deaths of Evelyn Hardcastle, publicada en castellano como Las siete muertes de Evelyn Hardcastle con traducción de Lorenzo F. Díaz. Como entretenimiento, también podéis intentar averiguar quién ha escrito cada párrafo, aunque creo que no resultará demasiado difícil.
En ocasiones, la mejor estrategia de marketing para una novela es el boca a boca, sobre todo si el libro es bueno. En este caso, la obra de Stuart Turton está haciéndose hueco poco a poco entre los lectores españoles gracias a esta labor de zapa y a su propia calidad.
Parte del éxito se debe sin duda a la curiosa mezcla de géneros que contiene: parte novela de misterio al más puro estilo Arthur Conan Doyle o Agatha Christie, parte drama victoriano y parte ciencia ficción. Una fusión muy exitosa donde las diferentes influencias se combinan pero no se pelean.
¿Pero estamos realmente ante una novela de ciencia ficción? El lector comienza la novela con información muy escasa y no es hasta que avanzamos por sus capítulos que empezamos a vislumbrar algo de la verdadera historia tras los personajes. Su adscripción al género se debe a detalles que no todos podrían interpretar como características de la ciencia ficción.
Es difícil adentrarse en las particularidades de la novela sin destripar nada. Incluso el título da más información de la que me gusta tener antes de empezar a leer un libro. Baste decir que el protagonista inicial se despierta en medio del bosque completamente amnésico y con sólo un nombre en la mente, Anna, y un miedo terrible de que algo le haya pasado.
Esta situación de partida nos servirá para hacernos una idea de lo oculta que mantiene la información relevante el autor. Cual tahúr, mantiene sus cartas pegadas al pecho, imposibilitando cualquier especulación válida hasta bastante avanzado el libro.
Sin embargo cuando llegan las explicaciones, y llegan, dejan al lector pegado a sus páginas mientras los diferentes giros se van desarrollando. Todas las pistas dejadas durante la historia quedan enlazadas sin ningún cabo suelto, lo que evidencia el genio del autor y el trabajo de planificación y revisión del texto.
Se trata de una novela en la que no es fácil adentrarse pero que compensa este esfuerzo con creces. Se disfruta tanto intentando desentrañar la madeja de relaciones entre los personajes secundarios como especulando sobre las causas que han podido derivar en este escenarios.
Especialmente destacable es el hecho de que es la primera obra larga de Turton y demuestra un grado de control sobre el ritmo narrativo muy notable. Personalmente estoy deseando saber en qué se encarga a continuación.
Para hacer más llevadera la espera, nada mejor que leer Las siete muertes de Evelyn Hardcastle, seguro que no os arrepentiréis.
Muchas gracias a @mertonio por dejarse liar de nuevo para estos experimentos.