Conforme supe de la existencia de Light Chaser, la obra escrita a cuatro manos por Gareth Powell y Peter F. Hamilton, me faltó tiempo para reservarlo, segura de que sería una obra de mi agrado. Mi instinto no me falló, ya que nos encontramos ante una obra que expone lo mejor de cada autor.
Se trata de una novela corta, con un primer capítulo simplemente antológico pero que además reúne en muy pocas páginas muchas de las mejores características de la ciencia ficción, como la imaginación desbordada y la aplicación de la ciencia para asombrarnos. Me atrevería a decir que en ciertos momentos me ha recordado a uno de mis autores favoritos de todos los tiempos, Iain M. Banks, y que el libro mantiene un gran nivel en toda su extensión.
La historia tiene cierto carácter episódico porque en todo momento seguimos a una Light Chaser, una humana modificada para aguantar las condiciones de los viajes a velocidades cercanas a la de luz mientras viaja por las diversas colonias humanas con distintos modelos de sociedades y grado de evolución, “recolectando” recuerdos de cada planeta. Pero a lo largo de sus viajes, que por la relatividad temporal abarcan siglos y siglos en lo que para ella es un suspiro, comienza a haber una presencia recurrente que se dirige a ella de forma directa y la insta a comprender algo que ha olvidado.
Partiendo de esta premisa, los autores se encontraban ante un lienzo en blanco en el que desplegar su inventiva, ya que en cada planeta y destino del viaje tenían plena libertad mientras se siguiera la línea argumental del intercambio de regalos por información, algo fácilmente aplicable a cualquier sociedad donde exista el comercio o el trueque. Así, veremos sociedades medievales o más futuristas, pero todas con cierta característica en común que no desvelaré porque es la clave para desentrañar el misterio del libro.
Ambos autores manejan bien el tempo de la historia y en ningún momento se pierde el ritmo de la obra, algo a lo que también contribuye la escasa longitud del libro.
Por ponerle algún pero al libro, en su propia estructura lleva su principal defecto, y es que ese maravilloso primer capítulo en cierto modo condiciona todo el resto de la narración al estar situado al final de la línea temporal de la Light Chaser, aunque también es cierto que resumir una historia con ese marco temporal tan grandioso y con la intervención de taquiones a una simple línea temporal es demasiado reduccionista.
No puedo hacer si no recomendar que leáis esta pequeña gran obra, que estoy segura no os decepcionará.