Después de las dos primeras entregas de la serie Wayward Children esperaba con interés este Beneath the Sugar Sky para seguir conociendo los distintos mundos a los que se puede viajar gracias a las puertas mágicas de McGuire. Creo que las premisas de este universo mágico pueden servir para contar muchísimas historias, tantas como se le puedan ocurrir a la fértil imaginación de la autora, porque las reglas no están rígidamente definidas, pero si hay unas pautas claras y coherentes para especular a partir de ellas.
De hecho, el comienzo de Beneath the Sugar Sky me había parecido bastante bueno, porque consigue situarnos en la acción y recordar lo anterior fácilmente.
Sin embargo, a partir de aquí el libro sigue punto por punto un camino marcada que no deja lugar a la imaginación. Ante la tesitura de tener que solventar un problema, el variopinto grupo de exiliados se va topando con la solución tropiezo tras tropiezo, sin tener un plan en mente y a la buena de Dios. Pero oye, no hay problema, cada uno tiene asignado un papel que no podría realizar otro. La propia autora se burla de esta predestinación cuando hace entrega de unos regalos que no servirán para nada (al menos en esta aventura) pero cae en esa misma trampa en el resto de la narración.
Además, el nuevo personaje que se une al grupo de acogidos en la mansión de Eleanor West no está tan bien definido como aquellos que conocíamos. Desde el punto de vista de Cora todo está deformado por la impresión que cree que los demás tienen de ella por su figura, pero es que lo que puede ser definido en un principio de forma clara y luego recordado puntualmente, se convierte en un martillo pilón que siempre incide en lo mismo. Entiendo perfectamente a Cora, que lleva toda su vida constreñida por esa mácula para la sociedad moderna que es la obesidad, pero no hace falta que me lo recuerden cada pocos párrafos.
McGuire aprovecha para introducir unos pocos datos más sobre esa brújula para categorizar los mundos, en la parte sin duda más interesante de la historia, por las nuevas posibilidades que abre.
En resumen, Beneath the Sugar Sky no es una mala historia, pero palidece en comparación con las anteriores. Si la autora sigue explorando este mundo estaré interesada en leerlo, aunque esta en concreto me haya decepcionado.