Bringer of Dust

Mira que la primera entrega de la trilogía The Talents ya me pareció oscura y macabra, pero creo que J.M. Miró se ha ido guardando escenas aún más terroríficas para Bringer of Dust, la lectura se ha convertido en todo un reto, por lo torturadas que están las almas de los protagonistas y sus adláteres.

El leit motiv la novela es el rescate de Marlowe de la situación en que quedó al final de la primera novela pero también se descubrirá un cadáver cubierto del polvo corrupto que tantas desgracias ha causado, pero cuyo poder todos ansían. El foco pasará del Reino Unido a París, Sicilia y algo de España, en una suerte de ampliación de escenario que creo que le viene muy bien a la trilogía.

Mención aparte merece la aparición de Mojácar en el libro, un municipio costero almeriense que la verdad era lo último que me esperaba encontrar en una novela de este tipo.

Con algunos personajes nuevos de pasado más que reprobable, el autor nos lanza sin contemplaciones a una novela coral y algo enrevesada, pero que sigue manteniendo el interés que ya despertó con la primera obra. Aunque la impresión que puede quedar es que deja abierta la puerta a la entrega final de una manera algo tramposa, lo cierto es que el interés por conocer el devenir de todos no deja de aumentar a lo largo de la lectura. Quizá porque Miró los hace más creíbles o porque después de dos novelas comenzamos a desarrollar cierta empatía por ellos, pero en Bringer of Dust parece que están mejor construidos, más “densos”. Esto, acompañado por una atmósfera agobiante y perfectamente conseguida, introduce al lector tanto en este simulacro de época victoriana que resulta difícil salir del libro indemne.

No es menos cierto que se trata de una obra bastante larga y algunos capítulos no llegan a ser de relleno, pero sí que despiertan menos interés. Es innegable el toque dickensiano, sobre todo en la aparición de los hermanos huérfanos cuya crueldad no conoce límites, como no tuvo límites la que sufrieron desde su más tierna infancia.

Mi impresión es que, si bien Ordinary Monsters ya tenía sus momentos de terror, en Bringer of Dust ya se desata totalmente. No digo que esté mal, solo que hay que estar preparado para lo que se va leer. Espero con interés la tercera parte de la trilogía.

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