Me parece que la trilogía espacial de Megan O´Keefe ha pasado desapercibida injustamente, porque aunque la primera entrega quizá no dejaba entrever toda la complejidad del relato, es innegable que con cada nuevo libro la historia ganaba en profundidad, hasta llegar a conformar una space opera más que atractiva.
En esta tercera entrega tendrán lugar revelaciones que pondrán en contexto muchos de los acontecimientos que acaecieron antes, pero los puntos fuertes de la novela, como son los personajes y sus relaciones, siguen estando presentes. Me encanta Sanda como protagonista, una mujer fuerte capaz de sobreponerse a las adversidades pero que sigue demostrando su amor por su familia y amigos a cada paso. Su némesis, no obstante, es algo más plana, quizá por su origen, que aquí veremos al fin desvelado.
Se trata de una novela bastante larga, pero la autora ha sabido equilibrar la cantidad de información que tenía que hacernos llegar a través de diálogos con las escenas de acción que salpican toda la trama, tanto de lucha cuerpo a cuerpo en abordajes espaciales (que son espectaculares) como en las carreras por llegar a ciertos lugares.
Vuelvo a insistir en que en esta última entrega las apuestas están tan altas que algunos de los descubrimientos que se llevan a cabo son de quitar el hipo y espero no destripar mucho si hablo de que la novela tiene visos de convertirse en una de mis favoritas de este verano, tocando temas como el primer contacto y la realidad del ser humano de una forma atractiva y reflexiva. También se habla sobre lo que supondría la elevación del ser humano mediante tecnología alienígena, algo que puede ser positivo o negativo no solo por las consecuencias, si no por el trayecto que se tendría que recorrer y lo que habría que dejar atrás.
Los arcos de redención de algunos de los personajes me han parecido un poco forzados, como si la autora le hubiera cogido demasiado cariño a algunos de los malvados y buscara la forma de resarcirles a pesar de sus actos abominables.
El universo que ha construido O’Keefe es apabullante, asombroso y terrible a la vez y la conclusión de la trilogía es plausible y convincente.