Las tendencias en los gustos literarios son para mí un misterio inescrutable. Que una obra como El marciano sea un superventas, y que vaya a ser llevada al cine, me sorprende mucho. La razón de su éxito puede ser el individualismo exacerbado tan del gusto de los estadounidenses, pero aún así, muchas veces la lectura se asemeja a un test de problemas que le surgen al protagonista y las soluciones que encuentra. ¿Pero cómo llevarán a la gran pantalla un soliloquio sobre el cultivo de patatas en Marte? Misterio.
Mark Watney es un astronauta que, por pura mala suerte, es dado por muerto en Marte, mientras sus compañeros tienen que volver precipitadamente a la Tierra a causa de una tormenta de arena. Esta situación, que debería llevar inevitablemente al desastre, es superada por Mark. Es tan hábil e inteligente que deja a MacGyver a la altura de un rábano con encefalograma plano.
Realmente la tensión dramática brilla por su ausencia. El marciano se publicó originalmente por entregas y, quizá leyéndolo así, se podría tener algo más de suspense entre capítulo y capítulo, pero en el formato de novela no lo consigue.
La forma escogida para llevar la narración son entradas de diario que el astronauta va escribiendo cada día, con lo cual se desperdicia también toda la tensión argumental que pudiera llegar a tener el libro. Si sigue habiendo páginas de diario, sigue habiendo astronauta.
A mitad del libro parece que el autor se da cuenta, e incluye otros puntos de vista, desde la nave que se aleja de Marte o desde el centro de control de la NASA en la Tierra. Esto es un punto a favor en la lectura, ya que algo de variación se agradece. Los personajes no dejan de ser bastante planos, pero al menos tienen distintas opiniones y da lugar a algo de debate.
Creo que un debate más interesante sería definir si esta novela es realmente ciencia ficción o no. Para mí, es más bien literatura de aventuras, con un fuerte componente tecnológico y científico, por supuesto, pero no ciencia ficción. Necesito algo más alejado de la realidad o con un novum distinto para que me encaje como perteneciente al género. Esto, por supuesto, es una opinión personal. Quizá solo por tomar un escenario en el que se están enviando exploraciones a Marte ya debería encuadrarse en la ciencia ficción.
Lo cierto es que, aunque el libro no me ha gustado como tal, y preferiría que otras obras tuvieran el reconocimiento que esta está recibiendo, si consiguiera la suficiente difusión como para dar un buen empujón a la carrera espacial, me tendría que dar por satisfecha.
Una cosa es segura, nunca volveré a mirar una patata de la misma manera.