Leer a Kim Stanley Robinson se está convirtiendo últimamente en un deporte de riesgo, por la necesidad de musculatura en perfecto estado para sostener sus voluminosos libros. The Ministry for the Future no es la excepción en esta tendencia, si no un paso más en la progresión.
No tenía muy claro que esperar de este libro, porque no parece que esa muy fácil escribir algo atractivo sobre funcionarios ministeriales, aunque ahí tenemos a Paco Roca y Guillermo Corral con su El Tesoro del Cisne Negro para dejarme por mentirosa. Creo que lo más importante sería aclarar que no se trata de una novela al uso, es más bien un ensayo novelado, como parece que le está gustan cada vez más escribir al autor. Resulta difícil pues valorar el libro ya que conjuga ambos géneros y no lo consigue hacer de forma homogénea. Como novela hace aguas por todas partes pero como ensayo es lúcido y clarificador aunque también inocente. Prefiero sinceramente quedarme con esa parte e ignorar un poco los idílicos paisajes suizos y los muchos comentarios sobre su forma de vida, al parecer inmejorable.
Estamos ante un libro sobre el cambio climático y sus consecuencias, el autor indaga en las causas que lo han provocado y posibles acciones para paliarlo e incluso hacerlo retroceder. En este sentido, es una lectura fascinante, ya que el principal culpable según Robinson es el capitalismo y sugiere usar las armas de las que los estados disponen para regular el mercado. Así mismo, resulta poco creíble cómo algunas de las soluciones se implantan sin apenas resistencia y dan resultados maravillosos. No me imagino a las grandes fortunas del mundo renunciando a sus ganancias y el hecho de que los terroristas ejerzan una labor de eliminación de malvados con precisión quirúrgica sin apenas consecuencias tampoco me entra en la cabeza, por poner algunos ejemplos.
Así que, salvando también este problema (se me van acumulando, KSR), ¿qué queda del libro que hace que merezca la pena? Las ideas y las explicaciones. Si decidimos leer The Ministry for the Future como no ficción, como un ensayo de futuro cercano, nos encontraremos con una obra que facilita la divulgación de conceptos que quizá no tengamos del todo claros y que aboga por reducir la huella de carbono individual y colectivamente. En este sentido, no puedo recomendar el libro como la novela que pretende ser y tampoco conozco los ensayos al respecto como para hacer una comparativa, pero al menos a mí me ha dejado mucho material para reflexionar, que quizá sea lo mejor que me pueda llevar de esta lectura.