Ya le tenía el ojo echado a la edición en español de este tebeo, pero por una razón u otra nunca acababa de comprarlo. Así que cuando vi que venía en el Hugo Voter Packet para ver si lo votaba en los premios Hugo me vino que ni pintado.
Los autores Brian K. Vaughan (guión) y Fiona Staples (dibujo), nos cuentan una historia de amor prohibido entre dos seres cuyas razas llevan enfrentándose en una guerra de nivel galáctico desde tiempos inmemoriales sin que quede clara la razón. Las primeras viñetas nos muestran el nacimiento del fruto de su unión, una niña que será el narrador omnisciente de lo que sucede en las páginas del cómic. Mención aparte merece la resistencia de la madre, que tras dar a luz sin ayuda es capaz de correr como un gamo por los montes. Biología alienígena, sin duda.
En este trasunto de Romeo (Marko) y Julieta (Alana), los “Montesco” (del satélite Wreath) son de aspecto similar a los faunos (aunque sin patas de cabra) que dominan la magia y la lucha con espadas, mientras que los “Capuleto” (del planeta Landfall) pertenecen a una sociedad avanzada tecnológicamente, regida por una monarquía mezcla entre humanos y robots. Sus orígenes se encuentran en un planeta y su satélite, dependen cosmológicamente el uno del otro y por lo tanto deciden exportar su guerra a otros planetas.
Todo esto sirve como transfondo a la huída de nuestros enamorados de sus dos civilizaciones que condenan su amor como algo casi sacrílego, pero que están extremadamente interesados en su hija. Mandan a cazarrecompensas detrás de ellos para matar a los padres pero dejar viva a su vástago. Creo que esta línea argumental del cazarrecompensas se explorará en las siguientes entregas.
La imaginación del autor se hace patente en el desarrollo de la historia, que a mi entender es claramente deudora de las aventuras de Valerian, con esas criaturas que van surgiendo a cada paso que dan los enamorados. Y más adelante en la lectura se hace un homenaje a “Endymion”, de Dan Simmons, pero dejo al lector que descubra cuál es.
En cuanto al apartado gráfico, me parece notable. La idea de dejar los fondos siempre en un plano apartado y casi desdibujados hace que los personajes destaquen de forma patente. Creo que este es el efecto que se busca. Los dos personajes principales son bellos en su propia forma y no es de extrañar que se hayan sentido atraídos el uno por el otro. Las escenas de peleas no resultan confusas y el uso de la magia le da mucho juego al dibujo, así como la aparición de fantasmas y otros seres.
En definitiva un tebeo muy recomendable, no me extraña que haya sido nominado para varios premios Eisner.