Últimamente se ha hablado sobre la creación de clubes de lectura, así que al final me he decidido a hablar de mi experiencia personal compartiendo lecturas. No sé si estos comentarios serán directamente extrapolables a la participación en un club de este tipo, pero quiero aportar mi granito de arena a la causa de fomentar la lectura.
Animación a la lectura
Ciertamente, a mí nunca me ha hecho falta que me hagan palmas a la hora de leer, pero entiendo perfectamente que haya personas a las que les haga falta un empujoncito para ponerse con un libro ya que la competencia en el ocio es brutal. Si tienes la suerte de dar con alguien que comparta parte de tus gustos, pero no todos, estarás deseando leer para comentar la jugada. Y también disfrutarás planificando tu próxima lectura compartida.
Nuevos puntos de vista
Cuando ya llevas algo de tiempo leyendo, ciertas ideas te parecerán más trilladas que si acabas de lanzarte a la piscina lectora. Si bien es cierto que el sentido de la maravilla sigue estando presente en los libros, quizá afrontar la lectura con gente que tiene otro bagaje te facilitará volver a sorprenderte con ideas que ya habías visto. Y si eres un lector novel, el lector más veterano te podrá referenciar otras obras en las que seguir explorando eso que te ha maravillado.
Salir de la zona de seguridad
A veces nos cuesta mucho trabajo aventurarnos a explorar obras distintas de las que ya conocemos por miedo al aburrimiento, al “esto no me va a gustar”. Sin embargo, con estos prejuicios estamos perdiendo la oportunidad de encontrar nuevos autores y nuevos mundos que explorar, que pueden volver a maravillarnos y que sin duda ampliarán nuestros “horizontes lectores”. Esta novedad puede venir de la mano de una recomendación de lectura compartida y si compartimos cierta afinidad con la persona que nos lo recomienda, la mayoría de las veces será un acierto.
Ayuda en la comprensión
Leer sigue siendo una actividad muy personal y relativamente difícil de compartir. Al fin y al cabo estás a solas con tu libro y la interpretación que darás a cada párrafo será la tuya personal. No obstante, si estás compartiendo tu lectura, se abrirá ante tí un nuevo abanico de posibilidades, en las que quizás no habías reparado. Por ejemplo, si tu formación académica es informática como es mi caso, puede que alguna referencia literaria se te escape, pero podrás entender a qué se refiere un autor cuando habla sobre la tercera forma normal. Si la persona o personas con quienes estás compartiendo la lectura no tienen esa formación específica, agradecerán tu ayuda. Y sin duda, estarán dispuestos a ofrecerte su conocimiento cuando el tema del libro esté fuera de tu área de experiencia. Esta ayuda se multiplica cuando la lectura es en un idioma distinto al tuyo, ya que siempre resulta más difícil llegar a entender todas las estructuras que puede llegar a utilizar el autor.
Por puro placer
He dejado al final la que quizá sea la razón más importante. Y es que, ¿a quién no le gusta hablar de su afición favorita? Si encuentras a una persona o personas con quien comentar tus libros, no volverás a sentirte el “rarito de la biblioteca”. Esta es una de las razones de ser de los VerdHugos, poder hablar y compartir aquello que nos apasiona.
Y vosotros, ¿compartís vuestras lecturas? ¿Os gustaría hacerlo?