No me considero una experta en tebeos, aunque me gusta mucho leerlos y disfruto incluso más de las relecturas, algo que no suelo hacer por ejemplo con los libros. Partiendo de esta base y principalmente por que mi amigo Elías me instó a hacerlo, me salgo un poco de la temática habitual del blog y del campo en el que mejor creo que me defiendo para hacer esta pequeña incursión, que espero sea de vuestro agrado.
Giganta, con guión de Jean-Christophe Deveney y dibujo de Núria Tamarit
Giganta es un tebeo que tiene muchas lecturas. Es indudable que entra primero por el ojo, con ese dibujo un tanto naif, pero lo que más me gusta de su encomiable labor es el color, cómo lo aplica para acompañar la historia, creando una paleta propia, tomando como base esos ojos totalmente azules y esa melena pelirroja y expandiéndolo por todo el mundo. Es un tebeo con ligeros toques fantásticos, siendo lógicamente el primero la propia existencia de Celeste, una gigante abandonada a la que adopta una familia de granjeros. La obra recuerda los cuentos populares (en este sentido también se ha publicado recientemente El Enebro, obra en solitario de Tamarit), pero le añade un tono feminista y reivindicativo, con la curiosidad por bandera, que consigue que la obra nos ofrezca mucho en las relecturas.
Semillas, con guión de Ann Nocenti y dibujo de David Aja
La ciencia ficción es un género que se adapta especialmente bien al cómic, donde no existen más cortapisas que la imaginación del autor. Con Semillas, nos introduciremos directamente en una narración de futuro cercano, una terrible distopía con cambio climático y primer encuentro con los alienígenas, pero también con teorías conspiranoicas, desigualdad social y una serie de contrastes duales que remueven las entrañas. La narración visual de Aja que podría parecer en un principio estar constreñida por la rigidez de la elección de las viñetas y una paleta verde apagada que no atrae nuestra visión en un primer vistazo, se pone a la disposición de un guion muy crítico y algo denso, que usa un recurso bastante común (el primer contacto) para enfatizar la destrucción de la sociedad actual. Semillas es una historia amarga para hacernos reflexionar.
La Mazmorra, de Joann Sfar, Lewis Trondheim, Boulet y varios autores más
Seguramente sea un poco trampa incluir aquí la primera entrega de un recopilatorio de una obra extensísima, que a pesar de todo no cumplió la ambiciosa previsión de cientos de números que sus autores planificaron. Todo un clásico del género fantástico, en sus páginas nos encontraremos un desfile de animales antropomórficos que representan casi todas los tropos de la fantasía épica más tradicional. Quizá la característica que mejor define La Mazmorra es el humor a raudales que impregna cada una de sus páginas, aunque hay que reconocer que la historia tiene una profundidad quizá inesperada en una lectura casual. El color de Boulet sirve como elemento unificador en toda la saga, que entrelaza aventuras y desventuras que encantarán al lector.
Nimona, de Noelle Stevenson
Nimona es una obra que se publicó originariamente en formato webcomic, pero hay que reconocer que su transición al papel es estupenda, no hay ningún problema de lectura en este formato. Se trata de una obra fantástica que da una nueva vuelta de tuerca a la idea del villano que en el fondo no lo es tanto, pero esta vez dando todo el protagonismo al secundario de lujo, la cambiaformas Nimona. El dibujo es bastante estilizado, pero lo que más me gusta es el uso del color y en especial de las sombras, sobre todo en el último tercio del tebeo, donde Stevenson juega con la luz y la oscuridad de una forma visual del mismo modo que lo hace desde el principio de una forma narrativa. La obra está impregnada de humor y aunque se podría recomendar perfectamente a un lector juvenil, tiene cierta profundidad en la historia que hace la lectura muy satisfactoria. Y para rematar, unos toques de ciencia para hacerla más atemporal. Aunque ya tiene sus años, ha sido reeditada recientemente por Astiberri. Y la autora es una de las invitadas del año que viene para el festival Celsius, así que los afortunados que vayan podrán conocerla en carne y hueso.
Ether, de Matt Kindt y David Rubín
Ether es una obra publicada en España en tres volúmenes, pero aunque esté dividida en varios arcos argumentales me gustaría tratarla como un solo elemento. Bebiendo de elementos pulp y mezclando fantasía y ciencia ficción con una imaginación desmesurada seguiremos las andanzas de Boone Dias, un científico detective que explora el Ether, una especie de dimensión mágica a la que se puede acceder desde la Tierra en ciertas condiciones muy especiales. Sin entrar más en el argumento para que el propio lector vaya descubriéndolo todo, hay que quitarse el sombrero ante la colaboración de estos dos colegas, ya que la compenetración entre dibujo y guion es palpable en cada esquina. Rubín ya nos tiene acostumbrados a unas disposiciones de viñetas que son una lección sobre el noveno arte en sí mismas, pero en esta obra da el do de pecho creando todo un universo desde cero, con un diseño de personajes maravilloso y fascinante. Es una obra para disfrutar y recrearse en cada viñeta, y para volver a visitar cada cierto tiempo siempre que tengamos ganas de descubrir nuevos detalles.
Espero que os haya gustado esta pequeña incursión en los cómics y si queréis que haga algún artículo más de este tipo, hacédmelo saber en los comentarios o vía Twitter (@MLeticiaLara). Espero que le haya gustado especialmente al culpable de todo esto.