De nuevo acogemos un artículo de nuestro reputado experto en aventuras gráficas, Antonio Díaz. En esta ocasión nos descubrirá Samorost, incluso con la posibilidad de jugar online gratuitamente. Gracias mil a Antonio por pasarse por aquí.
Amanita Design es un estudio checo que se saltó a la fama (relativa, porque el mundo de los point & click no es que sea Hollywood precisamente) con la publicación de Machinarium en 2009. El éxito de Machinarium fue tal que ha sido trasladado de PC a PS3, psvita, Android e iOS. Sin embargo, el estudio ya hacía tiempo que programaba juegos, siendo el primero de éstos Samorost.
Samorost es una aventura gráfica con un estilo de dibujo muy particular (y que se ha convertido en signo distintivo de Amanita Design). Puede jugarse de forma completamente gratuita en un navegador web aquí. Samorost cuenta la historia de una criatura, un humanoide de género no identificado vestido completamente de blanco y con un gorro con pompón en la punta, al que en la web de Amanita llaman ‘Gnome’. ‘Gnome’ debe de evitar que el asteroide en el que vive (y que viaja por el espacio, obviamente), colisione con otro poniendo fin a su pequeña existencia.
Lo curioso de este juego es que no tiene diálogo inteligible. No es que los personajes no hablen, es que no puede entenderse lo que están diciendo. En cambio, la información se transmite por medio de imágenes (algunas animadas) dentro de bocadillos de diálogo estilo cómic. Esto añade la versatilidad de que en cualquier país se puede jugar a este juego sin necesidad de traducción, pero también requiere por parte del jugador poner un poco de su parte para poder entender el funcionamiento y la mecánica de Samorost, ya que no hay ninguna explicación.
Samorost utiliza puzles estándar, con combinación de objetos para conseguir resultados que alternan el entorno, pero prescinde de otro tipo de puzles más clásicamente asociados con las aventuras gráficas al no hace especial énfasis en el diálogo.
El punto fuerte de Amanita es su curioso estilo visual. Los escenarios de Samorost combinan lo que parece ser imagen real con dibujos hechos a mano. Las animaciones son increíblemente fluidas y la banda sonora está seleccionada para casar con el tono weird del juego de forma maravillosa.
Porque si algo verdaderamente puede sacarse de Samorost (aparte de un buen rato) es la sensación de sumergirte en un mundo alternativo donde el espacio puede ser inconmensurable pero que está lleno de una vida caótica, absurda y muy extraña.
La saga Samorost continúa con Samorost 2 y, especialmente, con Samorost 3. Las tres partes cuentan historias sueltas, siempre protagonizadas por ‘Gnome’, en las que se ve metido en algún tipo de lío que verdaderamente no le concierne, pero que se ve abocado a tratar de resolver. Nadie puede escapar al camino del héroe, ni siquiera Amanita Design.
Este Samorost 3 es, sin duda, la más trabajada de las partes. Es sensiblemente más larga (aunque puede pasarse fácilmente en una tarde bien empleada), tiene más escenarios y mayor variedad de puzles. Los ‘bocadillos explicativos’ que presentan los diferentes desafíos requieren que uno esté especialmente atento, porque a veces necesitan un cierto grado de imaginación. Recuerdo que hubo un puzle que me resultó imposible y tuve que consultar la guía (hablo de aquel con la fábrica subterránea de bolitas brillantes), pero el resto pueden resolverse con paciencia.
La saga Samorost ofrece una perspectiva bastante distinta al point & click habitual, con escenarios imposibles, una extraña mitología, ausencia de texto y la capacidad de sumergirte durante un rato en algo imposible. La recomiendo especialmente a aquellos que deseen explorar un poco y cambiar de aires frente a otros juegos más estándar y que sigan la estela de los clásicos (Maniac Mansion, Monkey Island, Indiana Jones, Sam & Max, Leisure Suit Larry, King Quest y demás) pero aquí no encontrarán ni traza de ninguno de ellos.
De Samorost jugué al primero y dejé el segundo por la mitad. El primero me gustó más, sobre todo porque los puzzles eran más “lógicos”. En el segundo hubo un par de ellos a los que no les terminé de ver el sentido. El tercero no lo he probado aún.
A mí me gusta bastante el estilo de Amanita Design y antes ya había jugado a Machinarium. Pero el que hasta ahora más me ha gustado del estudio, y con el que lo descubrí, fue Botanicula, la historia de unas semillas que quieren salvar el árbol donde viven. Entretenido, fácil de jugar y disfrutar y se le acaba cogiendo cariño a los personajes. Lo disfruté mucho y luego otra vez cuando lo jugó mi hija.
Saludos
¡Bienvenido por aquí! El experto residente es Antonio, pero a mi también me gustan mucho los point and click. ¿Con cuántos años jugó Botanicula tu hija?
Con nueve. Al igual que el Samorost no tiene diálogos ni textos y lo puzzles son bastante intuitivos. Tuve que echarle una mano con un par de ellos, pero el resto los hizo ella sola. Y, si te sirve de indicación, cuando le terminó me dijo que le daba pena despedirse de las semillitas.
Me sirve pero les faltan unos años todavía. ¡Qué padre más molón que les pone aventuras gráficas!
En realidad fue más un “Papá, ¿eso qué es? ¿Qué son esas cosas? ¿Puedo probar yo?”.
Pues mira, aquí discrepamos. Botanícula fue el que menos me gustó a mí. Como bien dices la historia es muy tierna, pero lo encontré un puntito infantil. La verdad es que coincido contigo en que es el título ideal para jugar con un niño, porque tiene el argumento más amable y sigue sin tener textos ni diálogos.