Siempre es una buena noticia la publicación de otra entrega de la serie Wayward Children, que salvo algún pequeño bache siempre ha mantenido un muy buen nivel.
Come Tumbling Down retoma a dos de los personajes más importantes de la serie, cuya historia de origen ya conocimos con la segunda entrega. Este libro es una pequeña coda a lo que ya sabíamos, resolviendo algunos cabos sueltos.
Lo primero que llama la atención es su brevedad. En muy pocas páginas McGuire es capaz de contar una aventura completa, con su elección de personajes para el viaje, su nudo con conflicto incorporado y su resolución, esta vez parece que definitiva (nunca digas de este agua no beberé tratándose de una serie de esta autora). Es encomiable la economía de medios de la que hace gala en esta ocasión y el ritmo, bastante rápido, también lo agradece. Me gusta la referencia a los dioses del abismo oceánico, en claro homenaje a Dagon, pero no hace muchas más aportaciones al imaginario del universo en el que se desarrollan las historias, no hay una puerta nueva que nos lleve al Goblin Market, por ejemplo.
Sin embargo, nos encontramos con otro problemilla, y es que la lectura sabe a muy poco. La necesidad de ceñirse a un formato tan corto hace que nos surgan más preguntas de las que en realidad se responden en el transcurso de la aventura, lo que hace que esta quinta entrega de la serie quede con un simple entremés. Divertido y agradable, pero poco nutritivo.
En esta ocasión el formato en el que he leído Come Tumbling Down ha sido audiolibro, narrado por la propia autora. Me ha gustado su entonación y se nota la pasión que infunde a su propia creación, así que creo que repetiré la experiencia.