Me he tomado la libertad de traducir parte de esta interesantísima entrevista a Ted Chiang, con la que me he topado en BoingBoing. Si no has leído “La historia de tu vida”, ya estás tardando.
¿Qué experiencias formativas te llevaron a ser escritor de ciencia ficción?
Probablemente la mayor experiencia formativa fue leer la Trilogía de la Fundación cuando tenía unos 12 años. No fue la primera ciencia ficción que leí pero permanece en mi memoria como algo que tuvo un gran impacto sobre mí. Leer a Asimov y luego a Arthur C. Clarke cuando tenía 12 años me puso en el camino para ser un escritor de ciencia ficción.
¿Cuándo decidiste hacerte profesional de la escritura de ciencia ficción?
Depende de a lo que te refieras por hacerse profesional. Empecé mandando historias para su publicación cuando tenía 15 años, pero pasaron bastantes años hasta que vendí algo. No vivo de mi escritura de ciencia ficción así que en ese sentido todavía no soy un profesional. Escribir para publicar fue siempre mi objetivo, pero vivir de esas publicaciones no lo fue. Cuando era pequeño me imaginaba ser físico cuando fuera mayor y que de forma secundaria escribiría ciencia ficción. Lo de ser físico no dio resultado, pero ser escritor sí.
¿Cómo afecta a tu escritura ser un escritor técnico?
No puedo recomendar la escritura técnica como trabajo para escritores de ficción, porque es duro escribir todo el día y llegar a casa para escribir ficción. Actualmente trabajo como freelance, de modo que parte del año hago escritos técnicos por contrato y el resto del año me tomo tiempo libre para escribir ficción. Es demasiado difícil para mí realizar los dos trabajos al mismo tiempo, ya que ocupan la misma parte de mi cerebro. Por lo tanto, no puedo decir que sea un buen trabajo en ese sentido, pero es una forma de ganar dinero.
¿Podrías explicarnos tu proceso de escritura?
En general, si hay una idea en la que estoy interesado, pienso sobre ella mucho tiempo y anoto mis especulaciones o ideas sobre cómo podría acabar siendo una historia, pero no empiezo a escribir la historia propiamente dicha hasta que sé cómo acaba.Normalmente, la primera parte de la historia que escribo es el final, o el último párrafo o uno cercano al final. Una vez que tengo el destino en mente puedo construir el resto de la historia de forma que se encamine a ese final. Habitualmente, la segunda cosa que escribo es el comienzo de la historia casi en orden aleatorio. Sigo escribiendo escenas hasta que he conectado el comienzo y el final. Escribo primero las escenas clave o lo que yo llamo las escenas de referencia, y después relleno hacia delante y hacia atrás.
¿Cómo clasificas tus escritos? Pienso que es un tipo de ficción filosófica, porque hace a la gente pensar, los despierta y les hace preguntarse sobre cosas.
Esa es una de las cosas en la que la ciencia ficción es bastante buena, una de las razones por las que me gusta la ciencia ficción. La ciencia ficción está preparada para preguntar cuestiones filosóficas; sobre la naturaleza de la realidad, lo que significa ser humano, cómo sabemos lo que creemos que sabemos. Cuando los filósofos proponen experimentos de pensamiento como una manera de analizar ciertas cuestiones, estos experimentos se parecen mucho a la ciencia ficción. Creo que hay un buen encaje entre ambas.
También creo que la religión juega un papel importante en tu trabajo.
Pienso que la religión es un fenómeno muy interesante; obviamente afecta a mucha gente profundamente. Existe una similitud entre ciencia y religión en que ambas son intentos de comprender el universo, y hubo un tiempo en el pasado en que ciencia y religión no fueron incompatibles, cuando tenía sentido ser una persona científica y religiosa al mismo tiempo. Actualmente existe la actitud de que ambos son incompatibles. Creo que un tipo de fenómeno del siglo XX.
En tu historia “72 letras” trazas paralelismos entre la Cábala judía, la programación informática y la bioinformática. ¿Ves similitudes entre ellas, ya que se basan en manipular un código base? ¿Qué diferencias ves?
Bien, creo que se pueden trazar conexiones metafóricas entre ellas en una historia de ciencia ficción, pero no creo que tengan mucho que ver en la realidad. La programación es una práctica racional mientras que la Cábala es una práctica mística, y el ADN es distinto del código, y no quisiera que nadie los confundiera. En un nivel metafórico, todas dan maneras de pensar sobre la relación entre el lenguaje y la realidad, que es un tema que encuentro interesante. Existe esta vieja idea en magia en la que existe un lenguaje donde los símbolos tienen una estrecha relación con lo que significan, de forma que manipulando estos símbolos, se puede manipular la propia realidad. Y desde luego conlleva cierta semejanza a la programación, donde el código se traduce en acciones del ordenador.Y conlleva cierta semejanza al ADN, donde el código se traduce en los cuerpos de los organismos vivos. Así que es divertido imaginar una conexión entre las tres, mientras estemos hablando de ciencia ficción. No quisiera que nadie se tomara esto demasiado literalmente.
Muchas de tus historias juegan con las implicaciones de saber el futuro. ¿Qué te fascina sobre la naturaleza del Tiempo?
La cuestión del libre albedrío. Creo que el libre albedrío es lo que subyace de forma más interesante sobre los viajes en el tiempo. Y cuando digo viajes en el tiempo, incluyo recibir información del futuro, porque es esencialmente equivalente a alguien viajando desde el futuro. La idea de que puedas crear un paradoja asume que tienes libre albedrío; incluso la idea de múltiples líneas de tiempo lo asume, por que asume que puedes tomar opciones. Siempre ha habido argumentos filosóficos sobre si tenemos libre albedrío o no, pero suelen ser abstractos. El viaje en el tiempo, o conocer el futuro, hace que la cuestión sea muy concreta. Si sabes lo que va a pasar, ¿puedes evitarlo? Incluso cuando una historia dice que no puedes, el impacto emocional surge del sentimiento de que deberías poder.
Tengo entendido que tienes muchos seguidores en Japón. ¿Cómo lo explicas?
No puedo, me pilló totalmente por sorpresa cuando lo supe. Me hace pensar sobre qué es lo que puede hacer que ciertos trabajos sean más adecuados para su traducción que otros. Seguro que hay historias que están muy enraizadas en aspectos de una cultura en particular, que requieren estar familiarizados con esa cultura para apreciarlas realmente y esas historias probablemente no se puedan traducir bien. Debido a que mi trabajo es ficción filosófica, no se apoya enormemente en la cultura americana y puede que esto lo haga un buen candidato para la traducción. Eso puede explicar por qué mi trabajo se ha traducido al japonés, aunque no explica por qué es más popular allí que aquí. Tengo entendido que Greg Egan es considerado un Dios de la ciencia ficción en Japón, mientras que gran parte de su trabajo es inaccesible en los EE.UU.; algunos comparan mi trabajo con el suyo, lo que considero un gran cumplido, y que podría explicar la idea de que los lectores de ciencia ficción japoneses tienen gustos muy diferentes a los de los lectores estadounidenses.
Muy interesante esta entrevista!!!!
Me ha resultado muy curioso la forma de escribir los libros empezando por el final, luego el principio, etc…
Me resulta difícil entender el proceso de escritura “a saltos” pero viendo los resultados, a lo mejor ése es el buen camino.
¡Vaya!, así que Ted Chiang escribe y piensa como heptapodo, ahora entiendo más el relato de la “La historia de tu vida”.
Creo que me está pidiendo una relectura a gritos, lo oigo desde la estantería.