La última entrega, por el momento, de la serie Murderbot de Martha Wells ha venido a confirmar lo que ya me temía. No es que el personaje se haya agotado, es que el hilo argumental que une las cuatro novellas publicadas hasta ahora no daba tanto de sí.
Exit Strategy le sirve a la autora para finalizar una narración que comenzó con mucha fuerza y con una caracterización de personajes muy atractiva, sobre todo el propio Murderbot. Pero la historia se estira demasiado y se nota mucho esa falta de empuje en las últimas entregas, en especial en esta última que parece más una coda que una novella con su propia entidad.
Quizá la principal ventaja de esta publicación es precisamente su escasa longitud, ya que se termina bastante rápido. Me gustaría pensar que la dificultad de lidiar con sus sentimientos se ha ido modulando con la experiencia, pero no veo esa evolución. Los momentos de humor que hacían más llevaderos algunos pasajes de los capítulos anteriores aquí escasean y en general el final lo deja todo preparado para la próxima novela del personaje.
La prosa de Martha Wells sigue siendo interesante, aunque en esta ocasión los diálogos escasean y se pierde un poco de la chispa que estos daban al resto de los libros. Hay mucha supervisión de datos, mucho hacking y suplantación de personalidades, pero en general poca interacción. Es agradable asistir al reencuentro de Murderbot con la doctora Mensah y quizá esta sea la mejor parte del libro, porque la batalla por el control de la nave espacial y cómo se deshacen del “virus invasor” es bastante ingenua, por decirlo suavemente.
No puedo recomendar toda la serie, pero está claro que el problema es mío, porque Murderbot ha sido aclamado por el público y la crítica.