La premisa de esta novela corta de Lee Mandelo me parecía muy atractiva, el uso de una interfaz neuronal para que la investigadora protagonista de la novela pudiera compartir las experiencias de uno de los últimos lobos salvajes, en un entorno de cambio climático y desaparición de las especies. Un contexto similar al que ya vimos por ejemplo en No hay lobos en Tesakowa, pero en un futuro mucho más cercano y con bastante menos espacio para el desarrollo.
La novela tiene dos partes diferenciadas, teniendo cierta relevancia el espacio de estudio y las consecuencias de esta unión neuronal unilateral en la investigadora, que influye en la otra parte de la historia, en la que vemos reflejada su vida doméstica. Es muy llamativo que Sean busque ese sentimiento de pertenencia al grupo en su trabajo y en los lobos, cuando no es capaz de encontrarlo en su vida diaria. Las tensiones constantes con su pareja son un reflejo muy cotidiano de algo que puede suceder con demasiada facilidad cuando dos personas buscan progresar en sus carreras profesionales sin estar dispuestos a hacer concesiones para conciliar su día a día.
La novela es bastante corta y no llega a explorar en profundidad todos estos temas que me parecerían tan interesantes, además de que llega a una conclusión un tanto precipitada a mi entender. Hubiera preferido que Mandelo se explayara más sobre la investigación neuronal pero en las escasas cuatro horas que dura la narración del audiolibro resultaba muy difícil concentrar más información de la que ya se da sin caer en la sobrecarga de datos.
La narración del audiolibro de Natalie Naudus es perfectamente disfrutable, ya que la lectora es capaz de insuflar la frustración de la vida diaria en los diálogos de la pareja.
También me ha interesado mucho la crítica hacia el financiamiento de los estudios científicos, que al depender de capital externo y privado, queda a la merced de los caprichos del capitalismo o del mecenas de turno. No parecen importantes las consecuencias del estudio mientras se puedan obtener réditos económicos.
Creo que buscaré más obras de Lee Mandelo para ver qué tiene que ofrecer.
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