Folklorn

Angela Mi Young Hur toma las raíces de la mitología coreana y las utiliza para escribir una historia de autodescubrimiento, tomando una ligerísima inclinación a la fantasía para relatar la historia de los inmigrantes y los traumas asociados a criarse en un lugar distinto. En este caso habla de los inmigrantes de segunda generación y también de las adopciones transnacionales, desde un prisma severo y desesperanzador.

En Folklorn, la autora juega con las similitudes entre la enfermedad mental y la posible existencia de fantasmas, añadiendo una pátina de ciencia con la investigación en la Antártida sobre los neutrinos que lleva a cabo la protagonista de la historia, Elsa Park.

A través de su visión, inevitablemente desenfocada por su historial familiar y sus traumas más recientes, seremos testigos de una historia de desapego y dolor, un viaje por los extremos del mundo en busca de aquello que quizá debería haber tenido en su propio hogar. Los personajes son viscerales y sus relaciones, nada ejemplares, vertebran una obra quizá demasiado ambiciosa, con etiquetas muy diversas.

Resulta apasionante ver cómo la protagonista va descubriendo parte de la mitología de su cultura a base de fracciones de relatos que su madre le va proporcionando como avisos de lo que le puede llegar a pasar, como emisarios de una historia que se repite a lo largo de las generaciones en su familia. Esta es quizá la parte más interesante de una novela compleja y algo fallida en sus pretensiones, ya que la conexión sentimental que hace falta para empatizar con los personajes que desfilan por el libro es prácticamente inexistente.

Da mucho material para reflexionar acerca de las adopciones internacionales, sobre todo cuando se rompen de manera taxativa las uniones con la cultura de las que proviene el adoptado, sobre todo en el caso de adopciones interraciales. Ahí la autora se explaya sobre la mayor posibilidad de problemas mentales y depresiones que pueden estar causados por esta ruptura.

Folklorn es un libro que no definiría para nada como perteneciente a los géneros fantásticos, a pesar de la editorial que lo publica. No obstante, sí que me alegro de haberlo leído por tener más presentes unos problemas que por mi crianza, ni siquiera llegaba a imaginar.

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