Siempre que V.E. Schwab publica algo nuevo, estoy ojo avizor para ver cuándo puedo leerlo, aunque haya tenido algunos chascos, también me ha dado alegrías. La sinopsis de Gallant me hacía suponer que me sacaría de mi zona de confort pero he decir que a pesar de ser una historia de fantasmas no me ha asustado, me he sentido cómoda leyéndola.
El problema con Gallant es que es demasiado lenta en su primera parte, tanto que estos primeros capítulos se convierten en un lastre para el disfrute del resto del libro, que va remontando en interés pero no llega a compensar el principio. Es una lástima, porque la historia en sí es atractiva, pero la presentación es tan sosegada que llega a resultar parsimoniosa y mata el ritmo de lectura.
Al disponer de una versión electrónica del libro tampoco he podido disfrutar de las ilustraciones de Manuel Sumberac que sin duda aportan mucho más al libro de lo que yo he podido ver, ya que son una parte fundamental de la trama.
A pesar de estos inconvenientes, no negaré que la segunda mitad del libro sí que consiguió interesarme, tras una “revelación” que da un vuelco a todo lo que conocíamos con anterioridad. Quizá este cambio haya llegado demasiado tarde para que la autora nos pudiera ofrecer una obra más redonda, pero sí que consigue enmendar parte de los errores iniciales.
La prosa de la Schwab es estupenda, como nos tiene acostumbrados, hilando de forma muy adecuada el ambiente opresivo del que escapa la protagonistas por casualidad con lo que se encuentra cuando llega a Gallant, que tampoco es el hogar acogedor que podría haber imaginado. Además, las descripciones de los ghouls que pueblan este mundo fantástico son bastante crudas, con miembros cercenados o rostros terriblemente deformados, pero en ningún momento llegan a ser desagradables. Son como uno espera que sean condenados al sufrimiento.
La representación del amor fraternal y de las relaciones familiares a través del espejo del sufrimiento y la entrega me resultan también muy atractivas, sobre todo desde la perspectiva de alguien que no las recuerda desde su infancia.
Si bien no puedo decir que sea una de las obras de la autora que más me hayan gustado, sí que es un libro correcto y disfrutable.
Gallant está publicado en español por Umbriel narrativa con traducción de Natalia Navarro Díaz.