Es una verdad universalmente aceptada que Greg Egan es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos. Su ciencia ficción más-dura-que-el-diamante y sus alocadas especulaciones metafísicas están a años luz de distancia de lo que muchos autores son capaces de soñar, y ya no digamos poner en palabras. Así que en cuanto supe que Karen Burnham estaba escribiendo un libro sobre la obra de Egan, supe que tenía que leerlo tan pronto como me fuera posible. Ya había escuchado los capítulos del podcast SF Crossing the Gulf (presentado por Karen Lord y la propia Karen Burnham) dedicados al autor australiano y los había disfrutando un montón, así que me esperaba mucho del libro. Y no me defraudó en absoluto.
En primer lugar, debo mencionar que éste no es el típico de teoría literaria. Por una razón: la escritura de Burnham es extraordinariamente accesible. No encontraréis aquí obscuros términos críticos cuyo significado sólo es conocido por un puñado de gente o referencias a artículos crípticos publicados por académicos de la Torre de Marfil en revistas arcanas. El libro de Burnham puede ser leído y disfrutado por cualquiera con un interés en la obra de Egan, independientemente de sus credenciales académicas, y eso es algo que alabar y celebrar (al menos en mi humilde opinión).
El libro se divide en cinco capítulos que exploran sistemáticamente las novelas y los relatos de Egan desde distintos puntos de vista: sus temas y obsesiones principales; sus personajes; su acercamiento a problemas como los roles de género en la ficción, la ética de la ciencia o los derechos de los seres virtuales y artificiales; su posición con respecto a las creencias religiosas; su examen de la identidad y la consciencia; el papel central del pensamiento científico en toda su producción. Muchas de estas ideas puede que ya sean bien conocidos para los lectores devotos de Egan (entre los que me gusta contarme), pero la claridad de exposición y organización de Burnham no puede considerarse menos que brillante. Así, es un auténtico placer revisitar la obra de Egan bajo esta nueva luz, descubriendo detalles que podrían haber pasado desapercibidos en una primera lectura.
Por ejemplo, para mí fue una revelación (e hizo que, solo por ello, mereciera la pena leer el libro) descubir que Greg Egan fue, durante más de diez años, un ferviente creyente en la existencia de Dios, a raíz de lo que podríamos llamar una experiencia mística. Esto dota de significados totalmente nuevos a Oceanic, una de los relatos del autor australiano sobre las que más he meditado desde que comencé a leer su trabajo. Este poner a Egan en contexto, por medio de referencias a sus obras de no-ficción y a entrevista con él, es uno de los puntos más fuertes del ensayo de Burnham, y su propia y larga entrevista con el autor (exclusiva de este libro) resulta especialmente interesante.
Mi único problema con el ensayo es que, por el modo en que está organizado (alrededor de temas y no de obras particulares), algunas de las ideas y algunos de los resúmenes de las historias se repiten en diferentes capítulos. Aunque no es un aspecto demasiado importante, pienso que podría haber sido evitado, lo que habría hecho aún mejor a este libro. También, pero esto era de esperar, hay muchos (pero muchos) spoilers, algo que puede ser un inconveniente para quien no esté familiarizado con la obra de Egan.
En resumen, recomiendo muy especialmente este libro a cualquier fan de Greg Egan y a cualquiera que quiera explorar en más detalle la obra del autor. Karen Burnham ha hecho, sin duda alguna, un gran trabajo al analizar la obra de Egan y al exponerla con rigor y claridad y de forma accesible e interesante.
Nota: Esta reseña fue publicada originalmente, en inglés, en Sense of Wonder.