La cultura japonesa me fascina, así que siempre que tengo oportunidad leo al respecto. En esta ocasión he podido leer un manga de Ken Niimura cuya particular ascendencia lo hace muy conocido por estos lares.
Henshin lo conforman varios relatos cortos, que no tienen un hilo conductor claro, aunque si que se repiten algunos personajes, siendo el principal de ellos el propio Ken.
Los relatos, que se basan en el costumbrismo más cotidiano tienen un componente fantástico “extraño”, como gente con superpoderes o monstruos provocados por la furia de un gaijin. Los hay más arriesgados y menos, aunque todos necesitan una aproximación amigable por parte del lector. Me gusta el giro final que aporta una nueva visión a cada historia, pero este mismo giro sorprendente me impide comentar más a fondo las historias, para evitar caer en el spoiler.
En el aspecto gráfico, los trazos del mangaka parecen simples pero son muy expresivos. Los personajes se caracterizan tanto por sus diálogos como por sus rostros, de forma que guión y dibujo se aúnan para contar la historia.
Otra cosa que quiero añadir y que me ha resultado muy curiosa es el orden de lectura japonés, algo a lo que nunca me había enfrentado en formato digital. Es raro que no se haya escaneado directamente para leer seguido, así que se tiene que empezar por el final e ir dándole al retroceso de página en vez de al avance. Muy raro.