How to Become Dark Lord and Die Trying

Django Wexler es un autor polifacético que lo mismo te escribe flintlock fantasy que ciencia ficción o se descuelga con How to Become Dark Lord and Die Trying una divertida historia que raya en el litRPG pero con una protagonista con las hormonas más desbocadas que un adicto a los poppers y un vocabulario más sucio que los establos de Augías antes de que pasara por allí Hércules.

Davi lleva años y años repitiendo en bucle una aventura en un mundo de fantasía en la que debería cumplir la profecía que la designa como la gran salvadora del mundo. Pero cada vez que muere el ciclo comienza de nuevo y Davi está ya un poco harta magos grandilocuentes y sufrimiento extremo para no llegar a ningún sitio, en una suerte de Día de la Marmota eterno del que no sabe cómo salir. El libro comienza con una idea para escapar del bucle infinito: si no ha conseguido nada siendo de los buenos, ¿qué le impide probar a convertirse ella misma en el Señor Oscuro que todo lo destroza a su paso? Y esta es toda la idea en la que se basa How to Become Dark Lord and Die Trying.

El libro aguanta su peso sobre todo basándose en el humor con el que está escrito y en la nada despreciable cantidad de energía sexual que desborda cada página. Me recordaba ese capítulo de los Simpsons en el que Moe se mete a actor y al final acaban desgranando todos los guiones de la serie “con erótico resultado”. Pues Davi, que tiene sus partes pudendas a temperatura de fusión nuclear, no desperdicia oportunidad alguna en liberar tensión de la forma más natural posible. Y no le importa que el contrario sea del mundo animal, vegetal o mineral, aquí no se hace ascos a nada.

La verdad es que la lectura, aunque entretenida y plagada de bromas y referencias a la cultura pop, se va haciendo pesada por tramos. Davi tiene que presentarse a las pruebas de Señor Oscuro y para eso necesita una horda, pues vamos a tirarnos capítulos y capítulos reclutando carne de cañón para su ejército (Deloitte approves!), aunque Davi tiene su corazoncito y tampoco quiere matar a la gente porque sí.

Lo que también brilla por su presencia son las disparatadas notas a pie de página, que sin llegar a ser un marchamo de la novela como consigue Jasper Fforde, sí que añaden cierta variabilidad que se agradece a la obra.

En definitiva, How to Become Dark Lord and Die Trying es entretenido aunque un poco repetitivo. Queda pendiente la lectura de la segunda parte en la que se desvelarán los misterios que envuelven la aventura de Davi, seguramente con erótico resultado.

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