Infinity 8 es un proyecto que a priori me resultaba interesante. Dirigido por Lewis Trondheim, la idea es publicar 8 álbumes con equipos artísticos distintos pero con una base común, el viaje de una nave espacial con capacidad (limitada) de ver los futuros posibles y actuar en consecuencia para mejorar las perspectivas de supervivencia de los viajeros.
Al ser parte de un proyecto que se va a extender durante años, es importante que la primera entrega sea capaz de atraer nuestra atención y perdurar en la memoria hasta que esté disponible el siguiente capítulo.
La narración es un homenaje a las historias pulp de mediados del siglo pasado, cuando el rigor científico se dejaba a un lado para ofrecer más aventuras espaciales y diversión sin complicaciones. En este caso, ese marcado tono aventurero nos puede parecer un poco desfasado. La ciencia ficción ha avanzado mucho y quizá volver la vista atrás tanto quizá sea un punto en su contra, al menos para mí. Aunque la protagonista es una mujer, las constantes referencias sexistas a su físico, que resulta atractivo para cualquier macho alienígena que le cruce tampoco ayuda mucho. Me gustaría pensar que se enfoca este tratamiento como ironía, pero no soy capaz de verle la gracia.
La imaginación de los autores es innegable. Tomando como referencia ineludible a Valerian, desfilan antes nosotros todo tipo de extraterrestres, que en un arranque de optimismo son capaces de compartir el viaje sin apenas conflictos. Pero llega un momento de crisis en el que afloran los instintos más bajos y la tripulación ha de hacer frente a los problemas con soluciones cuando menos “imaginativas”.
En el aspecto gráfico, tanto el dibujo como el color acompañan perfectamente a la historia. Los estudios de personajes exploran nuevas anatomías alienígenas ajenas al típico BEM o al más típico todavía alien antropomórfo. La arquitectura de la nave está poco definida, ya que los amplísimos espacios interiores invitan a pensar más en un hábitat planetario que una nave de transporte, pero cuando se sale al exterior se compensan estos defectos con un despliegue pirotécnico de recursos visuales bastante impactantes.
Entiendo que el guión flojea en varios aspectos y me gustaría pensar que en las siguientes entregas se va a corregir el rumbo, ya que mi curiosidad todavía persiste.