De vez en cuando intento salirme del terreno más conocido de la ficción para adentrarme en algún ensayo que me parezca atractivo sobre alguno de los temas que me interesan, que son bastante variados. Y si lo que buscaba era un libro ecléctico, no cabe duda de que con esta corta obra de Adam Roberts he dado en el clavo.
El autor nos ofrece una serie de pequeños ensayos sobre los posibles finales del mundo, con algo de ese humor británico que a muchos gusta y a otros muchos exaspera y con una muestra muy acertada de su erudición. Ser capaz de hilar temas tan variados como los apocalipsis religiosos con los videojuegos o las invasiones zombies con el cambio climático no creo que esté al alcance de cualquiera, pero Roberts es capaz de hacerlo de una forma amena y didáctica.
Quizá el inconveniente de este libro es precisamente su amplio espectro, ya que toma muchos temas y juega con ellos, quizá sin llegar a profundizar en demasía en ninguno de ellos y dejando al lector con cierta sensación de vacío. Por ejemplo, no faltan las referencias a la ciencia ficción en general y a H.G. Wells en particular, pero quizá cada lector pueda aportar nuevos ejemplos que el autor no ha tenido en cuenta en alguna de sus enumeraciones.
Se trata por lo tanto de una lectura que puede resultar fascinante y es bastante asequible para el lector, con muchísimas referencias para continuar con el “estudio” si eso es lo que nos atrae, pero que me parece dirigido a un tipo de público muy específico y bastante restringido.