Creo que Fonda Lee ha conseguido rematar de una manera impecable esta saga familiar con una novela larga pero extremadamente fluida, dejando que los sentimientos estén a flor de piel.
Ya conocíamos los puntos fuertes de las anteriores novelas, pero en esta ocasión la autora decide agrandar la historia. Alarga el alcance temporal ya que hablamos de varias décadas, aumenta la dispersión de la historia gracias a las ramificaciones internacionales de la trama, aumenta el número de personajes que entran en liza… Una apuesta muy arriesgada que le sale extremadamente bien, porque los saltos temporales dentro de la narración son muchos, dejando grandes espacios de tiempo a la imaginación del lector. Esto habla muy bien de la planificación de la novela por parte de la autora, ya que la trama no se resiente por estas ausencias.
Ya he mencionado antes que se trata de un libro largo, más de 700 páginas que sin embargo pasan volando, porque nos sentimos tan involucrados en el devenir de la historia que es difícil dejar de leer para hacer otras cosas, siempre nos queda ese ansia de un capítulo más.
No me cabe duda de que unos de los puntos fuertes de la novela son las escenas de acción, perfectamente coregrafiadas por Fonda, a la sazón experta en artes marciales. Pero en esta ocasión se utilizan de una forma más espectacular las capacidades que el jade ofrece a sus usuarios, con momentos que no desentonarían para nada en una película de superhéroes. Además, con el paso del tiempo y las intrigas internacionales el jade comienza a estar disponible para más personas ajenas a la cultura kekonesa, por lo que también veremos nuevos usos de sus características, como protección contra explosiones.
Se concede mucha importancia a la estructura empresarial de los clanes, algo que ya se vio venir en Jade War pero que ahora cobra una importancia vital, ya que lo que está en juego es la continuidad de la propia existencia de los clanes. Vemos cómo se desarrolla ante nuestros ojos una guerra fría por el control de los recursos tanto dentro como fuera de la isla, con el territorio constantemente en disputa entre los grandes clanes y la presencia de actores internacionales que tratarán de influir para su propio beneficio.
Jade Legacy es también una novela de personajes, ya que conoceremos a la siguiente generación de los Kaul, aunque sigan teniendo más importancia aquellos con los que comenzamos el peregrinaje de esta saga. Un camino plagado de dolor y pérdida, de sufrimiento pero también de alegría, de rencor y venganza. Este aspecto de la novela es sin duda el que más mella hace en el lector, porque es imposible no empatizar con esta familia, a pesar de todos sus defectos y fallos.
En definitiva Jade Legacy es una obra muy ambiciosa pero que gracias a ello ha conseguido resonar en mi memoria durante mucho tiempo.