Jade City fue un inicio interesante para una saga de fantasía que se inclinaba bastante por el thriller más que por el propio toque fantástico. Con Jade War Fonda Lee consigue evitar el temido síndrome del segundo libro expandiendo la historia con la inclusión de algunos personajes nuevos y sobre todo con una ampliación de escenario que podía ser arriesgada pero que funciona bien.
Algo bastante notable a lo que no hice referencia en la reseña anterior es la descripción de las escenas de acción. Es cierto que con los poderes del jade la autora tiene una ventaja en la espectacularidad de los enfrentamientos, pero ellos no óbice para reconocer que la “coreografía” está muy conseguida. La autora practica artes marciales y es posible que esto influya en el realismo de las luchas.
La trama va creciendo, aunque la base sigue siendo el enfrentamiento entre los dos clanes más poderosos de la isla, las ramificaciones alcanzan escala internacional. Por más que los implicados crean que es una lucha por el honor y por mantener las tradiciones, no deja de ser una avariciosa pelea por el poder. En el desarrollo de este segundo libro, se pierde parte de la empatía que podríamos haber desarrollado en Jade City por ciertos personajes, ya que son capaces de sacrificarlo todo por su interpretación tergiversada de los ideales que siguen.
Se da mucha importancia a la parte empresarial de los clanes, como si el control de las calles se hubiera convertido en un objetivo secundario. Esto me hace pensar en la modernización de las mafias internacionales y creo que Lee establece un paralelismo bastante acertado entre el crimen organizado en el mundo real y su propia versión novelizada.
Me gusta bastante la evolución de los personajes, especialmente el conflicto interno de Shae a lo largo de toda la narración y cómo se va endureciendo para hacer lo que sea “necesario”. Anden va ganando importancia en su camino hacia la madurez y los secundarios también están a la altura de lo esperado. Es cierto que algunas casualidades y encuentros inesperados permiten a Fonda que los personajes obtengan información a la que no podrían tener acceso de otra forma y que en ocasiones abusa del “y perdió el conocimiento” para que creamos que ha muerto algún personaje cuando no es así, pero en resumen se trata de un libro muy entretenido y estoy interesada en leer el desenlace de la historia.