Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Zombie, de Fela Kuti (Spotify, Youtube).
La editorial Prime está haciendo un trabajo excelente en el campo de la ficción corta de fantasía y ciencia ficción. No sólo publican un gran número de interesantísimas antologías, sino que también editan colecciones de relatos de único autor que son imprescindibles para quien conocer el estado actual del género. Por ejemplo, en los últimos meses han publicado, entre otras, las fantásticas Her Husband’s Hands and Other Stories, de Adam-Troy Castro, Conservation of Shadows, de Yoon Ha Lee, y el libro que hoy nos ocupa: Kabu Kabu, de la norteamericana de origen nigeriano Nnedi Okorafor.
Kabu Kabu dista mucho de ser mi primer contacto con la obra de Okorafor, pero aún así me ha sorprendido muy positivamente en muchos aspectos. El principal de ellos es la increíble versatilidad de esta autora. Es cierto que en esta colección todos los relatos tienen un claro hilo conductor (el folklore y las tradiciones de Nigeria) y hay muchos temas que se repiten (volveré sobre esto más abajo), pero Okorafor es capaz de presentarlos desde muy distintos puntos de vista y con enfoques muy diferentes entre sí.
Así, tenemos relatos que son puramente ciencia ficción (“Spider the Artist”, “The Popular Mechanic”), fantasía (“Kabu Kabu”) o terror (“On the Road”). Pero también otros que son más cercanos al realismo mágico (“Asunder”), que mezclan elementos de varios géneros (“Tumaki”) o que podrían ser casi considerados como literatura política (“Bakasi Man“, “Biafra”). Pese a esta variedad, Okorafor maneja con soltura cada uno de estos registros, siempre con un estilo muy personal y una marcada voz propia.
Porque una de las grandes virtudes de esta colección es que cada relato consigue interesar al lector casi desde la primera línea. La prosa de Okorafor tiene algo mágico que hace que todos los temas, por muy alejados que estén de los intereses particulares de cada uno (a mí, por ejemplo, las mitologías “exóticas” me suelen dejar bastante frío), resulten tremendamente atractivos. Valga como muestra el inicio de “The Baboon War” un relato tan sencillo como delicioso:
My father and I thought my little sister was crazy.
We were at the kitchen table sipping hot tea and eating leftover jaloff rice when she came home. We were home because of the strange heavy rains. All the fishermen were. Fifteen minutes ago, a storm had rushed in out of nowhere. Thankfully, we hadn’t thrown our nets out yet. A weird morning, indeed. It was about to get weirder.
Con estas pocas frases, Okorafor planta una semilla cuyo desarrollo luego, deliberadamente, retrasa con un flashback. Pero las expectativas del lector ya han sido dirigidas, magistralmente, en la dirección más adecuada y se verán recompensadas con creces.
Este es sólo un pequeño ejemplo de las maravillas que se pueden encontrar en Kabu Kabu, porque aunque hay algunas piezas menores (“The Ghastly Bird”, “The Palm Tree Bandit”), casi todos los relatos son pequeñas joyas. Tanto es así, que me resulta muy difícil elegir mis favoritos. Podría quedarme con la preciosa historia de amor de “Tumaki”, las impactantes imágenes de “On the Road”, el mensaje de “Spider the Artist”, la imaginación de “Kabu Kabu” o la asombrosa mitología de “How Inyang Got Her Wings”, “The Winds of Harmattan” y “Windseekers”. Con cualquiera de ellos estaría acertando de pleno.
Otro elemento notable del libro es la facilidad con la que Okorafor consigue acercarnos una cultura que, para la mayor parte de nosotros, resulta extraña y lejana. A veces utiliza (con mucho acierto) el recurso del visitante occidental que llega a Nigeria y lo ve todo con ojos nuevos (“Kabu Kabu”, “The Carpet”, “The House of Deformities”), pero en la mayor parte de las ocasiones nos sumerge sin previo aviso en un mundo muy diferente al nuestro. En cualquier caso, Okorafor tiene un talento especial para encontrar los referentes comunes (los cuentos populares, por ejemplo, como “El patito feo” en “How Inyang Got Her Wings” o “Caperucita roja” en “Long Juju Man”) de modo que al finalizar el libro nos parece haber comido la comida nigeriana, haber olido los aromas de su vegetación, haber conocido sus leyendas como si nos las hubieran contado cada noche antes de dormir cuando éramos niños.
El libro, pese a todas sus cualidades, tiene, debo advertirlo, un pequeño problema. Como mencionaba más arriba, y como explica la propia autora en las notas finales, varios de los cuentos repiten los mismos temas o, incluso, son versiones diferentes de la misma historia. Por ello, quizá sea conveniente intercalar otras lecturas entre los relatos de Kabu Kabu para evitar sentirse un poco saturado por la aparición de los mismos motivos. Personalmente, me vi forzado a leer esta colección de forma intermitente y creo que resultó bastante beneficioso para apreciarla en todo su valor.
En cualquier caso, recomiendo muy, muy especialmente este libro. Es realmente maravilloso y una muy buena forma de iniciarse en la obra de Nnedi Okorafor si aún no lo habéis hecho. En mi caso, aunque ya conocía buena parte de su producción corta, me ha convencido de que es una de las autoras más relevantes de la ciencia ficción y fantasía actuales y me ha dejado con unas ganas enormes de leer sus novelas, especialmente las que comparten temas con los relatos recogidos en Kabu Kabu, como Zahrah the Windseeker, The Shadow Speaker y Lagoon.
Nota: Reseña procedente de Sense of Wonder.