He disfrutado muchísimo con esta lectura y como pequeño homenaje he pensado cambiar la estructura habitual de mis reseñas para adaptarla a una auténtica carrera. Y encima he tenido el placer de compartir la lectura con Cristina Jurado, que aquí nos comenta sus experiencias.
Calentamiento y estiramientos
Nina Allan no se anda con rodeos en esta novela y nos suelta directamente en una zona de Inglaterra dañada por los problemas medioambientales del fracking. La curva de aprendizaje es sostenida, pero se sigue incrementando, añadiendo niveles de extrañeza en la lectura.
Salida
La primera instancia de la novela, de carácter claramente ciencia ficcional es una de mis favoritas, por la credibilidad de su futuro cercano. La prosa de la autora es tan hipnótica que consigue centrar nuestro interés incluso en la creación de unos guantes exclusivos, deteniéndose tanto en la elección de la tela como en la creación de patrones. Me gustaría pensar que esto es una analogía sobre cómo afronta su trabajo de escritura Allan, disponiendo cuidadosamente los mimbres con los que tejerá su novela, escogiendo la estructura y enhebrando cada hilo argumental como teselas de un bello mosaico.
Esfuerzo sostenido
No todo es fácil en la novela. La constante inclusión de detalles que entran en contradicción con los datos aportados con anterioridad, los personajes que no sabemos si son los mismos o no, los cambios de perspectiva… exigen un esfuerzo al lector que sin duda se ve recompensado.
Avituallamiento
Como en las carreras, no todo es seguir hacia adelante sin mirar atrás. Hace falta también proveer de alimento intelectual al ejercicio estilístico que la autora dispone ante nosotros. Frases tan profundas y cargadas de significado como “vertedero de inmigrantes ilegales” pueblan las páginas de La Carrera. El mensaje ecologista es patente, pero también aparecen otros temas como la futilidad de la guerra o las dificultades de las relaciones familiares, tanto en un escenario realista como en otros que no lo son tanto.
Sufrimiento
Hay una escena especialmente dura que me ha costado mucho trabajo leer. Creo que es importante para el desarrollo de los personajes de la novela y no sé si se podría haber eliminado de la narración, pero me ha provocado tal repulsa que tuve que dejar la lectura a un lado durante un tiempo, buscando una justificación o al menos intentando entenderla en el contexto.
Sprint final
El final de la novela es aún más espectacular cuando la autora ya no se constriñe a la realidad per se.
Recuperación y estiramientos
Por si fuera poco, los anexos al libro añaden más complejidad y misterios a lo narrado con anterioridad, utilizando estructuras menos habituales pero también manejadas con maestría, como notas periodísticas, comentarios a una exposición… Hubiera sido una hermosa adición al artículo sobre estructuras inusuales de hace unas semanas.
Como bonus especial, también voy a contestar a unas preguntas que me ha hecho Cristina Jurado sobre este libro en el que hemos compartido la lectura.
¿Qué te parece la estructura de La Carrera?
Simplemente me encanta. Creo que se adapta perfectamente a las distintas ideas que tenía Nina Allan en mente y le aporta un grado más de originalidad, por si le hiciera falta.
¿Consideras que se trata de una novela de ciencia ficción?
Para mí, sí. Cierto que tiene algunas partes que se pueden considerar realistas pero creo que tanto el principio como el final de la historias son la parte importante, las que se llevan la parte de león en cuanto a interés. Pero en esto no soy nada imparcial.
La Carrera ha sido traducida por Carmen Torres y Laura Naranjo.
¡Gracias a Ediciones Nevsky por el ejemplar! Y gracias a mi compañero Manuel Urquízar por hablarme sobre las fases de las carreras. Cualquier error, por supuesto, es mío.
Lo estoy disfrutando muchísimo. Llevo las dos primeras partes y es muy adictiva. Me ha encantado la “reseña” con este peculiar formato. Un abrazo^^
He intentado cambiar la forma habitual de reseñar para hacerle justicia al libro. Pero claro, luego lees la reseña de Cristina y se te caen los palos del sombrajo.