La ciencia ficción que vino de Filipinas: entrevista a Rochita Loenen-Ruiz (por Cristina Jurado)

Uno de los países sobre el que menos se conoce en materia de género es Filipinas. ¿Alguien puede citar, no ya un autor filipino de ciencia ficción, fantasía o terror, sino un escritor de aquel país? Debo reconocer que yo soy incapaz, así que cuando se presentó la oportunidad de conocer en profundidad a uno y ver que, encima, se trataba de una mujer, la sorpresa fue doblemente grata.

Rochita

Cuando uno lee los relatos de la filipina Rochita Loenen-Ruiz, se da cuenta de que algo está cambiando para bien. El género procedente de países que no pertenecen al circuito anglosajón se hace cada vez más presente en las páginas de las principales revistas y antologías de ficción especulativa, aportando nuevas maneras de entender los temas fantásticos. Ella misma reconoce que hay una nueva hornada de autores en el sudeste asiático que están intentando encontrar su propia voz, incorporando los elementos sobrenaturales –mitología, costumbres, etc.- existentes en sus culturas ancestrales y mezclándolos con las tradiciones literarias más recientes, forjadas en los años del colonialismo occidental.

La formación musical de Loenen-Ruiz (Conservatorio de Música de la Universidad of Santo Tomas, Universidad de Mujeres de Filipinas) transpira en algunas de sus obras, aunque en todas se revela la importancia que tiene para ella el sonido. Los comienzos de su carrera literaria se desarrollaron en el terreno de la ficción, la poesía y el ensayo en su vertiente realista. Sus historias aparecieron en publicaciones como Philippine Panorama, PATMOS (revista internacional del Instituto de Estudios de la Iglesia y la Cultura Asiática), Isip-Isak una versión local de PATMOS), y en la Segunda Antología Hay(na)ku*. En 2005 Loenen-Ruiz tomó la decisión de dedicarse de lleno a la ficción especulativa, uniéndose al Online Writer’s Workshop for Science Fiction and Fantasy Writers. En 2009 asistió al Clarion West Writer’s Workshop, siendo la primera escritora filipina en obtener la beca Octavia Butler Scholarship.  Sus cuentos han aparecido en publicaciones tales como Fantasy Magazine, Apex Magazine, Interzone, Realms of Fantasy, The Apex Book of World SF 2, la antología Robots: The Recent A.I., Weird Fiction Review y Weird Tales Magazine. En su país, su obra ha sido publicada en Philippine Panorama, Philippine Speculative Fiction II, Philippine Speculative Fiction IV y en Philippine Genre Stories. Actualmente vive en los Países Bajos con su marido y sus hijos, cuenta con su propio blog From the beloved country  y escribe una columna llamada “Movements” en la e-zine Strange Horizons.

A continuación os presento la entrevista que pude realizarle hace unas semanas, que también podéis disfrutar en su inglés original en nuestro blog amigo y cómplice Sense of Wonder, cortesía de Elías Combarro.

 

Cristina Jurado: En alguna entrevista previa he leído que varias personas te animaron a escribir realismo mágico, lo que te hizo apostar por la ciencia ficción y la fantasía. ¿Por qué elegiste esos géneros?

Rochita: Admito que soy bastante obstinada y que tiendo a rebelarme contra lo prescrito. Por eso, cuando se ha cuestionado mi decisión de escribir ciencia ficción, me he dedicado a ello con más determinación si cabe. Para mí, la ciencia ficción es literatura de posibilidades infinitas. No hay restricciones en lo que la mente puede imaginar y me encanta que el género permita todo tipo de especulación. Es un campo en el que se pueden explorar temas serios y, al mismo tiempo, es un lugar en el que es posible soñar, jugar y divertirse.

CJ: Las culturas asiáticas disponen de una mitología rica, bastante desconocida para los occidentales. Haber nacido y crecer en una cultura tan fértil como la filipina debe haberte impactado. Creo que es algo natural que uno pase de disfrutar e interesarse por la mitología a escribir fantasía y ciencia ficción. ¿Ha sido ese tu caso? Si es así, ¿fue algo consciente?

R: En mis comienzos no era consciente porque, por aquel entonces, no había mercado para la ciencia ficción y la fantasía en Filipinas. Pero, cuando vuelvo la vista atrás, me doy cuenta de que siempre me fascinó lo irreal y las posibilidades que ofrece el futuro, y  fue algo natural pasar de la mitología a escribir género. Otro factor que ha contribuido a este paso viene de mi experiencia personal al vivir entre varios mundos todo el tiempo. La mitad de mi familia nación en Ifugao y la otra mitad en el sur. Crecimos en las montañas pero nos mudamos a la ciudad, en donde nos dimos cuenta que no éramos animales de asfalto. Yo echaba mucho de menos las montañas. Aunque finalmente encontramos nuestro lugar en la ciudad, nunca le pertenecimos realmente. Esa sensación de “estar en medio de” propició que me decantara por obras de naturaleza intersticial. He escrito siempre, pero desde que nos trasladamos a la ciudad, los elementos fantásticos de mis historias y mis creaciones se hicieron más pronunciados.

 

CJ: Creciste en Filipinas, te graduaste del Clarion West Writer’s Workshop y recibiste la beca Octavia Butler Scholarship en 2009. Me gustaría saber qué aprendiste en ambas ocasiones y qué crees que aportó tu presencia.

R: Antes de asistir a Clarion West, no había tenido formación formal en escritura. Una de mis tías era escritora y siempre me animó a escribir con todos mis sentidos, aunque nunca fui a clases o a una facultad en la que aprendiera cómo hacerlo de manera creativa. Para mí fue toda una experiencia ir a un lugar donde la mayoría de los participantes procedían de occidente o de un ambiente europeo. Antes de Clarion West, me sentía intimidada a la hora de enviar mi trabajo a mercados más grandes, porque tenía la idea de que solo la gente que disponía de un contexto apropiado (me refiero a credenciales literarias) podía publicar. Una vez allí, me encontré con escritores de culturas tan distintas que me hicieron darme cuenta de que no debía tener miedo y que mis historias tenían tanto derecho a ser publicadas que las de cualquier otra persona. Hablar con Nalo Hopkinson me ayudó mucho. Me encanta su trabajo y ella me animó a superar el bloqueo que me impedía abrazar mi propia cultura y mi medio a la hora de escribir.

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Creo que si vienes de un lugar que apenas está representado, siempre existe el miedo de exortizarlo o comercializarlo de alguna manera. No quería escribir sobre el estereotipo de Filipinas como un país del tercer mundo, como una distopía, como una nación muy hispanizada, o como un pequeño hermano/a de los Estados Unidos. Quería escribir sobre mi pasión por mi país y por el lugar en el que nací y su gente, y en Clarion West empecé a hacerlo de manera más consciente. Con el paso del tiempo, me he ido dando cuenta del legado de la beca Octavia Butler, que hizo posible que cumpliera un sueño (ir a Clarion West) y que sigue manteniéndolo. Me anima en los momentos difíciles y me incita a hacerme oír. Es reconfortante saber que hay gente que cree que yo podía contribuir en el género y, incluso si mi aportación es pequeña, me gusta seguir intentándolo. ¿Qué si he aportado algo al programa? Creo que solo el tiempo lo dirá.

 

“El principal reto de cualquier escritor filipino es producir trabajos que suenen claramente filipinos”

CJ: Me interesa preguntar a los escritores por los entresijos de su profesión, particularmente por el proceso creativo que hay detrás de toda historia. ¿Cómo lo afrontas? ¿Utilizas guiones, fichas de personas, etc?  

R: Alguien dijo que un escritor siempre está trabajando. Por otro lado, alguna vez he sido acusada de vivir en mi propio mundo. Cuando trabajo en una historia, la tengo presente la mayoría del tiempo. Puede que no esté sentada escribiendo pero, en mi mente, pienso en los personajes así como en el escenario y en las situaciones en las que se encuentran. Por decirlo de alguna manera, vivo en el mundo en el que se desarrolla mi historia. Para mí, los personajes respiran y se mueven dentro de ese mundo. Casi nunca trabajo con guiones porque, aunque parezca extraño, en el momento en que los escribo, la energía parece desaparecer de la historia. Supongo que si creara guiones todo sería más fácil y mi trabajo resultaría mejor terminado. Honestamente, envidio a la gente que puede escribir guiones. Creo que es mucho más productivo que mi propio proceso.

Cuando era más joven tenía cuadernos llenos de bocetos de personajes. Eran como instantáneas que capturaban personas y lugares, y aún los escribo, solo que ahora tienden a crecer y convertirse en historias. Cuando me atasco, me ayuda mucho hablar con gente con la que tengo confianza. Algunas historias nacen ya completas. En otras, tengo que trabajar en varias versiones hasta que encuentro el final.

 

CJ: ¿Qué crees que hace falta para que un personaje sea creíble?

R: Necesita estar bien desarrollado. John Kessel nos hablaba de cómo todos somos los héroes de nuestra propia historia y creo que eso es lo que pasa con cada obra. No es necesario que cada personaje esté dibujado al completo en el texto, pero si tiene su propia historia bien desarrollada en la mente del autor, eso transmitirá a las páginas. Lo que hace que cualquier personaje sea recordado es la manera en la que el escritor permite que el lector conecte con sus luchas internas y con el caleidoscopio de emociones que nos hace humanos.

 

CJ: He leído algunas de tus historias cortas, como Of Alternate Adventures and Memory, o 56 beads, llenas de ciencia ficción hard. No sé si cuentas con algún tipo de formación científica, porque no he visto nada en tu biografía que lo sugiriese.  ¿Es difícil escribir ciencia ficción hard verosímil?

R: Admito que me interesa cualquier tipo de aparato y que me fascina la tecnología. Me divierte escuchar conversaciones sobre temas técnicos y tecnológicos. Supongo que soy la típica pesada que en cualquier fiesta hace un montón de preguntas a quien sepa de tecnología, cuestionándolo sobre el funcionamiento de los aparatos y sobre si es posible crear tecnología que pueda interactuar con el cuerpo humano. Por lo que parece, ya hay gente trabajando en esto último. Se puede decir que soy excesivamente curiosa. Me gusta aprender y descubrir cosas nuevas. Puedo leer un artículo en una revista médica y pensar, ¿cómo puedo aplicar esto en una historia? O si leo sobre terapia musical, pienso en qué manera puede funcionar si se reproduce a través de un cuerpo humano (como en 59 beads)¿Qué si es difícil escribir ciencia ficción hard? Francamente, no lo sé. Creo que para escribir ese tipo de historias (o cualquier género) es importante tener claro qué idea quieres contar y después pensar en la manera como vas a presentarla. Si el elemento ciencia ficcional se introduce de manera forzada (porque tiene que ser una historia de ciencia ficción), entonces la tarea se dificulta. Suele ayudar bastante conocer a algún experto en el terreno científico sobre el que se esté escribiendo.

En Nineworlds
En Nineworlds

CJ: Por otro lado, Of the Liwat’ang Yawa, the Litok-litok and their Prey, Hi Bugan ya Hi Kinggawan o Song of the body cartographer son relatos encuadrados más en la fantasía. Sé que te han preguntado muchas veces por la mitología filipina, así que intentaré una nueva aproximación a tus historias fantásticas. ¿Qué es lo que te fascina de los monstruos? ¿Es acaso el hecho de que potencialmente se esconde uno en cada uno de nosotros? ¿es una manera de reconocer la maldad de la naturaleza humana? (No me refiero al concepto católico del mal, que es extremadamente negativo, pero más bien al mal como complemento al bien, fuerzas ambas necesarias en la naturaleza bajo mi punto de vista.)

R: La luz y la oscuridad coexisten en cada uno de nosotros y, como dices, el mal potencial vive en nuestro interior. Muchas veces me pregunto qué significa realmente el mal. Escribiendo sobre el monstruo de Of the Liwat’ang Yawa, el Litok-litok y su Presa, quería acercarme a esa criatura desde un ángulo distinto. En ese relato contemplamos al monstruo como un ser terrorífico, después de todo se alimenta de niños, pero ¿se considera así mismo como un monstruo? Quería plantear cuestiones relacionadas con la supervivencia y la auto-preservación, ambos instintos muy fuertes, para explorar hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar para sobrevivir. ¿Hasta qué punto no nos convertimos nosotros mismos en monstruos en la lucha por subsistir? Lo que nos convierte en monstruos sería la incapacidad para sentir remordimiento o para ver más allá de lo que tenemos delante.

 

CJ: De alguna manera, tú representas una nueva generación de escritores que proceden de fuera del circuito anglosajón y que muestran que son capaces de crear nuevas maneras de entender la ficción especulativa. Aparte de la mitología, ¿qué otras diferencias existen entre la ficción especulativa filipina y anglosajona?

R: Dejando la mitología a un lado, otra de las diferencias es la manera en la que el entorno social y cultural aparece en las historias. Los filipinos han crecido en una sociedad muy diferente a la occidental (USA, Gran Bretaña y la UE). Dicha sociedad y su entorno se revela en cada obra. Comparada con la anglosajona, es posible que la ciencia ficción filipina esté más orientada a temas sociales y políticos. El caso es que gran parte de nuestra literatura ha sido tan influida por la occidental que a veces me pregunto si estamos escribiendo siguiendo un perfil o una narrativa pre-determinadas o si estamos creando nuestra propio espacio y nuestra narrativa particular. Pienso que el principal reto de cualquier escritor filipino es producir trabajos que suenen claramente filipinos, que incorporen las influencias que hemos experimentado, y que sean accesible a los no filipinos.

 

CJ: He leído que estás trabajando en tu primera novela. ¿Cuándo seremos capaces de leerla? ¿Puedes adelantarnos el tema?

R: Esta novela no es la primera que he escrito pero sí la que me gustaría publicar algún día. Nació de una discusión sobre el trabajo no-binario y las limitaciones de la lengua inglesa. Otros temas recurrentes son la sensación de sentirte desplazado, de ser forzado al exilio, y de querer encontrar un lugar que puedas considerar como propio. Cuando mostré la idea a una gran amiga mía, me dijo que tenía algo de horrible y estoy de acuerdo con ella, aunque no es una historia de terror. Quería y sigo queriendo explorar la idea de qué es lo que significa ser un alien, así como la percepción que tenemos de ellos.

Por ello, mi experiencia siendo extranjera en el país en el que vivo, encontrándome a veces aislada, me ha ayudado mucho a la hora de desarrollar esta novela. He empezado la revisión de la primera versión, y está siendo muy interesante ver cómo la historia está cambia y evoluciona desde el primer borrador que hice.

 

“Aún existe esa tendencia dentro del género de mirar por encima del hombro a las obras escritas por mujeres”

CJ: Estoy convencida de que se puede conocer mejor a un escritor a partir de su lista de autores y lecturas favoritos. En tu caso, y ciñéndonos a la ciencia ficción, la fantasía y el terror ¿cuáles son?

R: Ésta debe ser una de las preguntas más difíciles de responder (ésta y la siguiente). Hay tanto escritores que admiro que me siento como si me preguntaras que eligiera a mis favoritos de entre la gente que quiero. Me gustaría mencionar a Octavia Butler, Nisi Shawl, Nalo Hopkinson y Shweta Narayan que fueron de las primeras escritoras de color que leí dentro del género. JT Stewart me inspiró tanto cuando asistía a Clarion West que escribí una historia dedicada a ella. Y ¿quién no se ha sentido inspirado por Ursula Le Guin o James Tiptree Jr.? ¿Y por Joanna Russ, Angela Carter, Kelley Eskridge, Nicola Griffith, Tricia Sullivan, Karin Tidbeck, Jeff VanderMeer, Kate Elliott, Karen Joy Fowler, Eileen Gunn, Ray Bradbury, Timmi L. Duchamp, Hiromi Goto, Aliette de Bodard, Lavie Tidhar, Jaine Fenn, Kari Sperring, Iain M. Banks, Corey Doctorow, Benjamin Rosenbaum, Andrea Hairston o Claire Light? Algunos de estos nombres te sonarán, pero todos y cada uno de estos escritores me ha enseñado algo a través de su trabajo y me han incitado a ir más allá de lo que el ojo ve. Aprecio la obra de mis colegas de Butler, el trabajo de autores del sudeste asiático y África y el de escritores filipinos de género. Me encanta encontrarme con material procedente de nuevos autores, comprobar que hay ideas que vienen de voces que una vez estuvieron marginadas. Ese es el tipo de trabajo que me parece importante y necesario, y creo que debemos apreciarlo y apoyarlo. Soy perfectamente consciente de que he olvidado muchos escritores a la hora de responder a esta pregunta, pero ese es el peligro que tiene que la lista de títulos y autores que te gustan no pare de crecer.

 

CJ: También creo que uno puede conocer incluso más a un autor a través de su lista de escritores y obras favoritas enmarcadas fuera del género que cultiva. ¿Podrías compartirla conmigo?

R: ¿Se nota mucho que soy adicta a los libros? Esta es otra pregunta difícil. Uno de mis libros favoritos se titula Pinoy Poetics, editado por Nick Carbo. Incluye ensayos sobre la obra poética de escritores filipinos y americano-filipinos. Solía leer mucho a F. Sionil Jose, Nick Joaquin, y N.V.M. Gonzales (novelistas filipinos). Leny M. Strobel me ha inspirado mucho. Sus reflexiones sobre la colonización y su trabajo relacionado con reclamar nuestra historia, creo que son muy importantes y necesarios. La poesía de Barbara Jane Reyes y los escritos sobre su vida como poeta y enseñante también me han influido. La poetisa filipino-americana Eileen Tabios me ha inspirado e influenciado a partes iguales. Fue el trabajo de Elileen sobre el hay(na)ku* el que plantó las semillas de historias como Alternate Girl’s Expatriate Life y Of Alternate Adventures and Memory. Me encanta la obra de Audre Lorde, Sarah Ahmed, Chinua Achebe, Toni Morrison, Gabriel García Márquez, Virginia Woolf, Isabel Allende, José García Villa y Pablo Neruda. (Este es otro caso en el que tengo tantos favoritos que no puedo hacerles  justicia.)

 

CJ: ¿Sientes que ser mujer te ha perjudicado a la hora de publicar?

R: La diferencia de género ha jugado un papel más importante en el pasado. Es un terreno que aún no se ha nivelado, pero prefiero pensar que se está abriendo. Creo que hay más posibilidades de publicar en el mercado de los relatos. Lo que complica mi capacidad para publicar no es tanto mi condición de mujer como las cosas sobre las que escribo, que pueden no apelar a todo el mundo. Es inevitable que en mi trabajo se note que soy una mujer de color que procede de un país del tercer mundo y que vive en el extranjero. Este contexto social, cultural y político afecta a mi obra y mi propia capacidad para escribir y publicar. Pero quiero dejar claro que parece que ahora el género está abriendo sus puertas a más historias distintas que en el pasado.

 

CJ: En relación con la pregunta anterior, ¿por qué crees que hay menos mujeres que publican ciencia ficción?

R: Tendríamos que tener en cuenta la forma en la que la sociedad patriarcal mantiene a las mujeres atadas a las expectativas sociales sin dar importancia a la lucha por la igualdad y la liberación. Si una mujer no dispone del apoyo que necesita, si nadie la anima para que continúe desarrollando su esfuerzo creativo, si nadie le dice que su trabajo es importante y necesario, es muy fácil que se dé por vencida. Con respecto a la publicación de ciencia ficción escrita por mujeres, creo que aún existe esa tendencia dentro del género de mirar por encima del hombro a las obras escritas por mujeres, argumentando que no se trata realmente de ciencia ficción o de que la ciencia incluida no es lo suficientemente rigurosa.

 

CJ: ¿Qué opinas sobre los nuevos métodos de publicación tales como el crowfunding, la co-publicación y la auto-publicación?  

R: Esas fórmulas han abierto la puerta a voces diferentes. No son métodos perfectos, y personalmente admiro a quienes los adoptan, porque implica mucho trabajo a la hora de publicar y promover tu propia obra.

 

CJ: Para finalizar, ¿cuál crees que la equivocación más común que tenemos sobre los escritores filipinos de ciencia ficción? 

R: Quizás sea la manera en la que algunos ven la literatura filipina como igual o similar a la de en lengua española (por lo de la prescripción del realismo mágico). También parece haber ideas preconcebidas sobre qué constituye la literatura filipina. Yo misma desconozco el concepto y, si preguntas a la gente, nadie sabría darte una respuesta adecuada.

 

* “Hay(na)ku” es una expresión en Tagalo equivalente a la exclamación “¡Madre mía!” en español.

 

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