Nuevamente tengo la alegría de presentar esta reseña de forma conjunta con mi amigo y mentor Odo. Aquí podéis leer su artículo.
Me alegré mucho al saber que Edmundo Paz Soldán iba a ampliar el mundo de Iris con una serie de cuentos. La novela me pareció estupenda, así que volver a visitar ese mundo era una oportunidad que no iba a dejar escapar.
El escritor boliviano consigue, en un ejercicio de maestría escritora, que se pueda acceder a la lectura de Las visiones desde diversas perspectivas. Los cuentos no serán iguales para alguien que como yo haya leído Iris o para alguien que no conozca este universo. De hecho, el orden de los cuentos no es cronológico tampoco, de forma que se pueden leer salteados o uno detrás de otros. Esta prestidigitación literaria no está al alcance de cualquiera.
Haciendo un ejercicio de imaginación me podría colocar en la piel de un lector en su primera aproximación a Iris. La lectura le supondrá un reto, del mismo modo que la curva de aprendizaje de la novela no fue nada fácil para mí. Sin embargo, prefiero hablar desde mi propio punto de vista.
Los relatos contenidos en Las visiones (un título excelente) giran en torno a la vida en un lugar colonizado como es Iris, en el que la dualidad religión-droga supedita toda la vida. Los cuentos, muy cortos, conforman un paisaje impresionista. Edmundo, con pequeñas pinceladas nos hace ver cada vez más detalles del escenario en que se desarrolla la historia.
Aunque todos me han impactado en mayor o menor medida, el relato “Artificial” ha sido como un torpedo en mi línea de flotación. En ese momento he tenido que abandonar la lectura para despejar la mente, para apartar de mí una siniestra relación materno filial que me ha dejado marcada. También se pueden destacar otros relatos como “Doctor An” pero prefiero dejar en vuestras manos la elección de vuestro cuento favorito. Hay mucho donde escoger.
También resulta muy interesante leer las notas que el propio autor ha añadido a la edición, mostrándonos dónde se ha inspirado para los relatos (una pregunta que muchos nos hacemos).
No puedo dejar de recomendar este libro junto con Iris. Creo que la lectura merece la pena.