Es enero, y enero significa nueva entrega de la saga Wayward Children de Seanan McGuire, que ya va por el octavo libro (y lo que le quede). Lost in the Moment and Found es un libro de transición, se puede considerar prácticamente independiente de los otros aunque haya algún que otro cameo para los seguidores de la serie. No sé si lo quieren publicitar como una nueva “puerta” (guiño, guiño, codazo, codazo) de entrada a la serie o como una historia para dar más trasfondo al universo creado por al autora, pero lo de lectura independiente es totalmente cierto.
El libro comienza con un comentario de la autora muy acertado y necesario, porque es verdad que leyendo esta historia lo he pasado realmente mal. Ha sido una experiencia terrible y eso que no llega a ocurrir nada. Pero ser testigos de como el padrastro de la protagonista utiliza todos los recursos en su mano para aislarla de su madre y proceder a aprovecharse de ella es devastador. Esta parte realista es de muy difícil digestión.
Afortunadamente, esta parte acaba relativamente pronto. Por desgracia para Antsy, la niña protagonista, el lugar al que llega también tiene trampas ocultas. Primero es todo fascinante, con múltiples probabilidades en cada rincón. Llega a un establecimiento en el que acaban todas las cosas perdidas y es capaz de viajar de manera constante a través de los muchísimos mundos que son accesibles desde un nexo como es esta tienda de objetos perdidos. Pero todo tiene un coste y una niña tan pequeña no es capaz de discernir las consecuencias de sus actos, hasta que quizá sea tarde.
La lectura de este libro me ha dejado sentimientos encontrados. En primer lugar, por la dureza desgarradora de los primeros capítulos, tan realistas que hacen daño. Pero por otra parte, dentro del universo de los Wayward Children me parece un libro muy de transición, que aporta poco al escenario general y que parece de compromiso o de relleno por parte de la autora. Y lo peor es que habrá que esperar otro año para ver hacia dónde dirige sus párrafos.