Tenía mis reservas sobre el final de la trilogía Between Earth and Sky, de Rebecca Roanhorse, ya que si bien la primera entrega me encantó en la segunda parte mi entusiasmo se enfrío un tanto. Afortunadamente, con Mirrored Heavens Roanhorse retoma el pulso épico de una historia polifacética y apabullante.
De nuevo asistiremos a una narración con tantos puntos de vista que podría llegar a ser confusa en alguna ocasión, pero la autora es capaz de dotar de una voz propia y perfectamente distinguible a cada personaje, lo cual favorece muchísimo la lectura de una obra de casi 600 páginas.
Serapio, el avatar ciego, había conseguido mandar sobre la ciudad de Tova, pero para nada significa que la paz haya llegado para aposentarse en la controvertida urbe. Sus enemigos conspiran para arrebatarle el poder de la forma más cruenta posible y los pocos aliados que pudiera tener están desperdigados. Y no quiero entrar mucho más en la trama porque es muy difícil no caer en el resbaloso terreno del exceso de información en un tercer libro de una saga.
Creo que el punto fuerte de la autora en esta serie son los personajes, que están trazados con mano firme y que tienen una exquisita complejidad en sus motivaciones e impulsos. No son maniqueos ni planos, algo que se agradece mucho cuando por desgracia nos enfrentamos a veces a libros con seres de luz y malos malísimos sin cortapisas. Aquí, no hay nada de eso.
La construcción de mundo y el panteón que la autora ha venido presentándonos desde el primer capítulo alcanzan esta entrega su punto culminante, con sacrificios de sangre que riegan del precioso elemento hectáreas de terreno. Por fin asistiremos a la magia Teek en todo su esplendor, con una Xiala desatada que no dudará en desempeñar un papel fundamental en la historia.
Nos encontramos ante una fantasía precolombina maravillosa con un final estupendo que desafortunadamente no cierra todos los hilos que habíamos venido siguiendo, en algunos momentos se queda un poco corta en cuanto a información e incluso un poco inocente en el destino de algunos de los implicados. Esperaba algo más de épica en el final, pero quizá ese fue mi error. No obstante, creo que la trilogía merece la pena.