Me ha decepcionada bastante la última novela de Yoon Ha Lee, no porque esté destinada a un público juvenil, porque por ejemplo Phoenix Extravagant me hizo más gracia, si no porque me parece simplona y previsible. Incluso el comienzo suena a algo que ya hemos leído del autor, ya que la premisa de que las oraciones y creencias de las personas alteran la gravedad en determinados lugares nos remite y mucho al sostén principal de la trilogía The Machineries of Empire, versión reducida y simplificada.
La novela sigue las peripecias de Hwa Young, criada hasta los diez años por los rebeldes, pero que acaba entre los imperiales tras un ataque devastador a la luna donde habitaba en el que pierde a todos sus conocidos. O eso creía ella.
A pesar de su orfandad y quizá como reacción a la pérdida de todos los que conformaban su familia, decide dedicarse en cuerpo y alma al imperio para alcanzar su sueño de pilotar un mecha (en vez de Soñando, soñando triunfé patinando… Peleando, peleando triunfé pilotando). Pero es que todo el libro es tremendamente previsible, desde la marca que le dejará su mecha para que se distinga bien de los demás personajes, no vayamos a confundirnos a su atracción / odio por su mayor competidora.
Me cansa mucho que se reduzca siempre el papel del hackeo y la infiltración en sistemas informáticos a un “don natural” que hace que con cuatro pulsaciones y dos clicks superes cualquier barrera. Es un recurso muy manido y muy poco convincente que por desgracia parece ser que ha venido para quedarse.
Las escenas de acción, son pasables como mucho, y las habilidades de pilotaje necesarias para controlar los mechas más avanzados del universo, prácticamente seres sintientes, son risibles. ¿Para qué necesita un piloto si lo hace todo solo?
Lo que si está bien representado es el alienamiento que sufre un representante de una cultura minoritaria cuando se ve absorbida por otra cultura, por más que intente adaptarse siempre habrá una dualidad en su interior que le hará sentirse extraño en cualquier parte. Eso creo que Yoon lo ha reflejado estupendamente, pero el resto del libro no merece para nada la pena. Una lástima.