Nophek Gloss es la novela de debut de Essa Hansen, con unas ideas buenísimas al comienzo de la lectura pero con una ejecución que deja bastante que desear, lo que nos ofrece un libro bastante mejorable a pesar de un punto de partida de lo más atractivo.
El protagonistas de la novela es Caiden, un jovencísimo mecánico que dedica su vida a la reparación de las máquinas que se utilizan para crear el alimento de los animales que generan este gloss del título, la sustancia más valiosa de la galaxia. Sin embargo, su planeta ha tenido problemas en el mantenimiento de esta tarea y sus despiadados amos, pensando que a falta de pan buenas son tortas, deciden empaquetar como un suculento snack a toda la población humana del planeta para seguir manteniendo a las bestias.
Este sacrificio terrible marcará el destino de Caiden, como bien sabremos porque la autora está empeñada en que rememore cada poco tiempo la tragedia. Y este es uno de los problemas de la historia, la reiteración de ciertas imágenes y comportamientos hasta la extenuación. Y el hecho de que la única respuesta a este círculo vicioso sean los ataques de rabia tampoco dice mucho de la evolución del personaje.
Es cierto que algunas de las ideas que utiliza Hansen a lo largo de la narración son estupendas, dignas de un desarrollo más cuidado. El hecho de que algunas de las razas alienígenas o los propios humanos sean capaces de modificar su propio cuerpo a voluntad es una implementación de los géneros fluidos realmente brillante. Que el universo en que se desarrolla la historia esté compuesto a su vez de pequeños multiversos donde van ocurriendo pequeños cambios en la física o en la biología o en algunos otros aspectos de la naturaleza de forma que conforme te vas alejando de tu lugar de origen sea más probable encontrarte en un lugar que sea incompatible con tu vida es genial. Incluso estoy dispuesta a aceptar que algunas razas estén genéticamente predispuestas a influir en el comportamiento de otras, aunque esto ya es más exige más de mi suspensión de la incredulidad.
Por desgracia, todo este caudal de buenas ideas se desperdicia en una historia de rito de madurez bastante manida. El protagonista tiene la suerte de encontrarse con una tripulación capaz de acogerle, pero sus propias dudas acerca de su herencia hacen que sea incapaz de aceptar este regalo caído del cielo. Las conspiraciones para derrocar los poderes fácticos en los que se ve envuelto son de una simpleza extrema y el hecho de que la única forma que encuentra para dar rienda suelta a su venganza sea aliarse con el causante de sus males también resulta poco convincente.
Este libro es la primera parte de una trilogía. Tengo curiosidad por saber si la autora conseguirá evolucionar, ya que las ideas están ahí, solo que la ejecución no es lo suficientemente buena.