Tenía esta novela juvenil en mi punto de mira desde hace algún tiempo, como todo lo que escribe Brandon Sanderson, pero el empujón final me lo dio Miquel hace unos días en el último podcast de los VerdHugos (donde mencionan un blog llamado Fantástica Ficción que os recomiendo).
El libro se lee en un suspiro, así de entretenido y palomitero es, pero sin dejar de estar bien escrito. El humor en la literatura es algo que requiere mucho esfuerzo mas el prolífico estadounidense hace que parezca fácil.
La historia la relata Alcatraz Smedry, el protagonista que, ya anciano, relata los hechos que le ganaron su fama. A pesar de que todo el mundo le tiene por un héroe, él insiste en negarlo y afirma que es una mala persona. Quedará en nuestras manos juzgarlo.
Alcatraz es un huérfano que ha pasado por infinidad de familias de acogida, ya que constantemente rompe cosas y acaba con la paciencia de sus padres adoptivos. Sin embargo, el día de su decimotercer cumpleaños, marcará un punto de inflexión en su vida. Recibe una bolsa con arena supuestamente enviada por su padre y descubre su herencia. Es descendiente de la familia Smedry, unos poderosos Oculadores que se enfrentan a la tiranía de los Librarians que controlan el mundo tal y como lo conocemos con sus mentiras.
¿Os suena algo familiar? Debe ser porque la historia es una clara contestación a la saga de Harry Potter o tal vez un homenaje. Habría que preguntarle a Sanderson su opinión. El autor aprovecha también para parodiar los constantes cliffhangers a los que se recurre con tanta asiduidad en las narraciones de fantasía.
Si hay algo que destaca en los libros de Brandon es el sistema de magia asociado y este “Alcatraz versus the Evil Librarians” no es una excepción. La magia que se utiliza está relacionada con las lentes de las gafas, según el cristal que se utilice en cada momento se podrán realizar unas acciones u otras, como lanzar rayos láser o ver las pisadas en el suelo de la persona a la que quieras seguir. También merecen mención los Talentos de la familia Smedry, cada individuo posee una característica peculiar como llegar tarde a los sitios o romper cosas.
La infinidad de detalles curiosos que aparecen en el libro hacen que se disfrute mucho más de la lectura, como el hecho de que todos los miembros de la familia Smedry tienen nombre de prisión (Alcatraz, Bastilla, Sing-Sing…), que se considere a las pistolas y metralletas tecnología “obsoleta” o que aparezcan unos dinosauros parlanchines en mitad de la escena.
Me he quedado con ganas de leer más sobre Alcatraz, y afortunadamente Brandon Sanderson ya ha escrito varias secuelas con este personaje. Un libro muy recomendable para pasar un buen rato, que me extraña no se haya traducido al español ya.