Debido a la extensión de la reseña, he tenido que dividirla. Aquí podeis ver la reseña de los cinco primeros relatos.
Esta historia contiene una broma autorreferencial del propio Liu Cixin.
La maldición de la que habla el título se trata de un virus informático, bastante inocuo en su inicio, supuestamente creado tras una decepción amorosa. Lo que en un principio no pasaba de ser una pequeña molestia, a través de las diferentes versiones que se van creando afectan cada vez más a las personas. Y la culpa de todo la tienen los comodines de MSDOS.
El hecho de que el autor aparezca en el relato puede ser para quitar hierro a una historia que sería escalofriante si no fuera por este contrapunto cómico. Aún así, se puede también interpretar como un alegato contra la excesiva tecnificación de la sociedad en la que vivimos, como algunos de los relatos que aparecían en Wastelands.
Aunque las historias de este autor están plagadas de ideas, es cierto que en algunas ocasiones se ve un patrón, algunos temas recurrentes. En relatos comentados con anterioridad aparecía la desaparición de la vida en el planeta Tierra causada por el Sol y eso es lo que se prevé en el principio de The Micro-Age.
Es por esta causa que se mandan naves en busca de planetas adecuados para la colonización pero la empresa fracasa y el último superviviente de una de estas naves regresa a la Tierra para encontrarla calcinada… pero no deshabitada.
La idea subyacente en este relato coincide con la expuesta en el relato News from a dwarf universe de Danut Ungureanu, comentado aquí, aunque el giro final de la historia de Liu Cixin es mucho mejor.
Una nave espacial tipo Galactus se dirige a la Tierra para esquilmar todos sus recursos. La humanidad dispone de unos cientos de años para prepararse pero se ven incapaces de hacer frente a estos saqueadores debido a su superior tecnología. Aún así, el enfrentamiento entre ambas civilizaciones se finalizará con una victoria pírrica en la que no queda muy claro si salen mejor parados los vencedores o los vencidos.
Me ha gustado especialmente el final de la historia con un último sacrificio que da luz a una nueva esperanza de vida.
Este relato lo nominé para los premios Hugo y al volver a leerlo no hago sino reafirmarme en mi decisión.
Cuando los dioses desembarcan en la Tierra buscando el cobijo de sus hijos, surgen los inevitables conflictos generacionales.
En este relato destaca especialmente la crítica del tratamiento que la sociedad actual tiene hacia los mayores, un desentendimiento que se está expandiendo también en una cultura tan tradicional como la china. Aunque creo que ésta es la idea principal del relato, no hay que ignorar la idea de la inseminación de la Tierra como “inversión para el futuro”.
Éste es el relato más flojo de toda la recopilación, lo cual no quiere decir que sea malo, solo que no brilla tanto como los anteriores.
En el futuro existe una nueva clase de “turismo solidario”. Las personas que viajan por la Tierra utilizan la última tecnología para mandar lo que ven a los desplazados en el espacio por razones de trabajo. A pesar de ser un método intrusivo, muchos están dispuestos a utilizarlo para abaratar los costes de los viajes. Pero, ¿cómo vería las maravillas de la naturaleza alguien que espera no volver a verlas?
Esta última historia me parece un magnífico colofón a los relatos recopilados.
El creador de un nuevo material que se está probando en bombas atómicas descubre que está enfermo de leucemia y decide criogenizarse, dejando que mujer se ocupe del cuidado de su hijo pequeño. Al despertar, décadas después, descubre que su hijo ha cambiado la faz (y el interior) de la Tierra, aunque no parece que haya sido para bien y es el objeto de la venganza de los damnificados por estas acciones.
Me parecen espectaculares las ideas asociadas a esta historia y cómo la enlaza con la anterior, dándole un nuevo significado.
Me gustaría recomendar este “The wandering Earth” a cualquier aficionado a la ciencia ficción, todos los relatos son de altísimo nivel y claros representantes de lo que es “literatura de ideas”. Estoy deseando que caiga en mis manos “The three body problem”.