Parece que la tendencia en la actualidad en la fantasía es incorporar un realismo sucio a sus historias. Nunca han faltado los detalles truculentos pero ahora se hacen mucho más presentes en la lectura. Este libro es un claro ejemplo de esto.
Priest of Bones se centra en la vuelta a casa de los soldados supervivientes de una guerra que se ha ganado pírricamente. El hecho de que los veteranos vuelvan a su hogar arrastrandos sus traumas bélicos influirá de una forma muy negativa en la vida habitual de la ciudad, ya de por sí sórdida.
En realidad, este libro refleja más que nada una guerra entre bandas mafiosas que ofrecen “protección” a los ciudadanos, aunque esté aderezado con algunos elementos fantásticos que influyen en la narración pero no son necesariamente definitorios.
La prosa es brusca y sucia. En ocasiones ha llegado a resultarme ardua, por la utilización bastante repetitiva de una serie de muletillas que no ayudan a que las páginas fluyan ni tampoco sirve para la definición de los personajes, y que creo que se podría haber eliminado.
Las escenas violentas se repiten una tras otra, mientras las fuerzas del orden hacen la vista gorda. Estas escenas están narradas desde una interpretación bastante cinematográfica y descriptiva.
Me gusta el contraste en el tratamiento de las relaciones no heteronormativas, desde el desprecio de las religiones más rancias hasta la aceptación por las clases bajas. No es fundamental para el libro pero es un añadido más que correcto.
Priest of Bones es la primera entrega de una serie y se nota, tanto en la presentación de los personajes y en el despliegue de las piezas que luego entrarán en conflicto. No obstante, se sostiene por sí misma y aunque deja abierto el camino para las continuaciones, tiene un fin, algo que se agradece.
Esta reseña forma parte del Blog Blast para el lanzamiento de Priest of Bones. Estos son los otros colaboradores que participan.