La última novela de Cory Doctorow es una historia fácil y algo ingenua que nos da un pequeño barniz sobre temas de seguridad informática y la constante lucha entre el equipo que defiende sus redes e información (el azul) y el que las ataca para conseguir algún beneficio (el rojo).
Me gusta destacar el hecho de que el protagonista sea una persona de 67 años que aunque ya está pensando en el retiro en realidad se da cuenta de que con toda la experiencia que tiene acumulada en su campo les da sopas con hondas a muchísimos jóvenes tiburones. Como último favor a un amigo multimillonario deberá investigar el robo de una claves sobre las que se sustenta una nueva criptomoneda, pero jamás imaginaría todo lo que vendrá detrás.
Como ya he dicho, la mayoría de los personajes que aparecen en el libro ya han superado los 60 años, pero tienen mucho que ofrecer en sus respectivos campos. Diría que el principio tiene un cierto toque “Stephensiano” si me permitís la comparación, debido al carácter de lobo solitario de los personajes, pero es solo una fachada, porque Doctorow no deja pasar la oportunidad de criticar el sistema capitalista que favorece el blanqueo de dinero de las grandes fortunas que fíjate tú por dónde les salen las declaraciones de la renta a devolver.
Doctorow explica muy poco sobre la infraestructura que da soporte a las criptomonedas y menos todavía sobre toda la ingeniería fiscal necesaria para mover el dinero entre sociedades off-shore y paraísos fiscales, pero deja claro que esta es una práctica tan habitual como dañina para la sociedad. Aprovecha la necesidad de ocultarse del resto del mundo del protagonista en un determinado momento de la trama para dar voz a los miles de personas sin hogar que pueblan las ciudades, que no saben ni cuándo conseguirán su próxima comida. Este contraste tan exagerado con el selecto grupo que disponen de su jet personal para los desplazamientos más nimios, que tienen tanto dinero que ni en cien vidas se lo podrían gastar, es quizá el mensaje de mayor calado de la obra.
Red Team Blues es de lectura rapidísima, algo más de 200 páginas que quizá dejen algo fríos a sus seguidores más habituados a especulaciones de mayor envergadura como Walkaway o Radicalized.
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