Sé que Kate Elliott es una autora reconocida con una gran trayectoria a sus espaldas, pero yo solo la he descubierto recientemente con la estupenda Unconquerable Sun, así que ver que había una publicación relativamente corta para seguir catando su obra hizo que Servant Mage subiera puestos en la lista de lectura. No obstante, he de decir que en esta ocasión la escasa longitud de la obra juega un poco en contra de ella cuando la leemos.
Elliott ha creado un mundo bastante interesante, se ve que hay bastante labor de worldbuilding detrás de esta novela corta, pero resulta muy difícil hacerse a la idea de todo lo que sucede entre bambalinas en la historia precisamente por la escasa longitud de Servant Mage. Nos habla de un mundo en el que la monarquía fue derrocada por una rebelión que tampoco parece que haya servido para mejorar las condiciones del pueblo. De hecho, los magos que tiene ciertos poderes ahora se encuentran prácticamente esclavizados para que usen sus habilidades, normalmente escasas, al servicio del poder. Esta es la historia de Fellian, que vio morir a su padres ahorcados por “oponerse” al régimen, ya que estaban enseñando a leer a los siervos. Su condición de maga de fuego solo le sirve para que su trabajo sea doble, por la mañana como limpiadora y por la noche como creadora de Lámparas, artilugios mágicos de luz. Sin embargo, sus capacidades no pasarán desapercibidas y se verá envuelta en un complot para derrocar el poder.
Esto, que puede parecer interesante como premisa, se desarrolla de una forma un tanto embarullada y liosa, quizá apremiada por contar la historia y explicar el trasfondo en pocas páginas. Se nos habla de los distintos tipos de magia e incluso hay explicaciones sobre cuál es la causa de la magia, pero todo de forma muy atropellada. La relación entre Fellian y los demás miembros de la conspiración resulta un tanto artificial, y las revelaciones sobre la Verdadera Identidad TM del líder del grupo tampoco nos sorprenden demasiado. Me parece en el fondo una historia un tanto forzada para cumplir unas premisas de longitud que se queda a medio camino entre resultar interesante o perderse en el maremágnum de novedades fantásticas.