Esperaba mucho más de Seven Faceless Saints la novela de M.K. Lobb que he visto en algún sitio calificada como juvenil. Con una portada bastante impactante podríamos pensar que nos íbamos a encontrar con una novela “bañada en sangre”, pero nada más lejos de la realidad.
Lo primero, el escenario “italianizado” que pretende dar un sabor especial pero que se queda en meros toques genéricos. No creo que sea suficiente poner nombres italianos o decir “buona sera” de vez en cuando para imbuir una novela de una ambientación determinada. En este sentido, M.K. Lobb se queda muy corta.
La idea sobre la que gira la novela, podría hacerla algo más interesante. En la antigüedad existieron 7 santos que tenían poderes y sobre esa base se creó el sistema en el que se sustenta la sociedad de la novela. Hay unos cuantos privilegiados bendecidos por los santos que son capaces de utilizar esta magia y por lo tanto disfrutan de incontables beneficios, mientras que la plebe vive marginada y obligada a luchar en una guerra con una escisión de la ciudad estado en la que tiene lugar la historia. Vale que haya un movimiento reivindicativo en contra de la guerra y a favor de la igualdad de clases, pero es que está planteado muy burdamente.
Los personajes tampoco se salvan. La pareja protagonista son jóvenes torturados por su atracción mutua pero también con un pasado que los condena a enfrentarse. Sus relaciones familiares son bastante tóxicas, y esto se ve reflejado también en la narración. Pero es todo muy extremo y maniqueo, con el manejo de las emociones de los protagonistas y sus compañeros tan sutil como un bocadillo de algarrobas.
No puedo recomendar un libro con el que no he logrado conectar en ningún momento. Entiendo perfectamente que yo no soy el público objetivo de esta novela, pero me temo que los fallos estructurales del libro no son achacables a que el tema sea más o menos del gusto del lector.