Seveneves

Seveneves-thumbSe habla mucho sobre la fantasía épica, se discute sobre su definición pero lo cierto es que el calificativo épico se puede aplicar a otros géneros. Seveneves sin duda se puede definir como ciencia ficción épica, porque cuenta la historia de unos héroes.

Ha habido bastante secretismo alrededor de la publicación de este libro, ya que tanto el autor como la editorial querían preservar durante el máximo posible los secretos que guarda la obra. ¿Búsqueda de hype, maniobra de marketing? Posiblemente ambas. Lo cierto es que los seguidores de Neal Stephenson esperaban anhelantes esta nueva obra suya, a la que ha dedicado varios años de trabajo,

Seveneves tiene lo mejor de un Stephenson desatado, con una imaginación desbordada y unas especulaciones sobre el futuro de la raza humana que me han hecho recordar por qué me gusta la ciencia ficción. Por desgracia, también tiene partes malas, como perderse por derroteros que no hacen avanzar la narración y que no llevan a ningún sitio. A partir de aquí habrá spoilers, así que si no la has leído y planeas hacerlo, sigue leyendo bajo tu responsabilidad.

El comienzo de la novela es sencillamente espectacular. Ocurre algo, nunca se nos explica el qué, y de repente la Luna explota y se divide en siete partes. Tras superar el estupor que este acontecimiento causa en la raza humana, las mentes más privilegiadas comienzan a darse cuenta de que lo peor está por venir. Los fragmentos lunares pronto comenzarán a colisionar entre ellos y en un corto plazo comenzarán a caer sobre la Tierra. ¿Lluvia intensa de meteoritos? No. Destrucción total de la humanidad.

Ante un panorama tan desolador como este, la única posibilidad es intentar sobrevivir en la Estación Espacial Internacional. Y resulta esperanzador ver cómo todas las naciones unen sus esfuerzos en un carrera contrarreloj para dotar de todo lo que se pueda salvar a la ISS.

Esta parte es la que más me gusta de todo el libro. Cómo ante cada problema se utiliza una solución de ingeniería diferente, cómo se preparan los millones de personas que van a morir para enfrentarse a su destino, cómo se manipula la opinión pública para mantenerla bajo control… La escala de los problemas y las soluciones es simplemente impresionante.  Aquí estamos hablando de ciencia ficción en mayúsculas, tanto en el aspecto hard como en las derivaciones sociales, incluso con algo de viajes espaciales.

Pero el libro, por desgracia, no acaba aquí. Y es en la parte final donde se cae todo el esquema creado. Cuando la humanidad se enfrenta realmente a su desaparación, el autor utiliza un fundido en negro y da un salto temporal de cinco mil años. ¡Cinco mil años! ¿De verdad dedicas 600 páginas a dos años y no puedes dedicar ni siquiera unos párrafos a cinco milenios? ¿No se podría haber dividido el libro en varias partes para seguir contando la historia? No sé si os podéis hacer una idea de mi decepción.

Tras este tremendo jarro de agua fría, el resto de la historia perdió su interés para mí. Sí, resulta curiosa, pero la generalización con los genotipos supervivientes me parece una simplificación excesiva y las “sorpresas” finales son tremendamente previsibles.

Durante la lectura, me he acordado en varias ocasiones de un libro que me gustó hace tiempo aún teniendo sus fallos, Neverness de David Zindell (por más de un razón como descubriréis quienes terminéis Seveneves y hayáis leído Neverness). Unas ideas muy buenas, una ejecución muy interesante en el principio de la novela y una pérdida total de orientación en la parte final.

No quiero terminar este comentario con esta connotación negativa. Realmente, recomiendo la lectura de Seveneves a cualquier aficionado a la ciencia ficción. Estoy segura de que lo encontrará apasionante por momentos y siempre interesante. Mi problema es que esperaba más.

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