Shanghái Inmortal está publicado en español con traducción de Isabel Murillo Fort.
¿Qué mejor excusa para leer un libro que el hecho de que su autora haya pasado por el Celsius? Aprovechando esto, le eché mano a Shanghai Immortal un libro refrescante que puede ser una buena elección de lectura veraniega.
La protagonista de la novela es Lady Jing, medio vampiresa medio espíritu de zorro, que vive en un Shanghai asimilado al infierno y que recibe la misión de acompañar a un mortal en un peligroso periplo trufado de seres sobrenaturales.
Uno de los principales atractivos de la novela es la propia ciudad de Shanghai en los años 30, conocida como la París del este. Chao refleja muy bien tanto la dualidad de la ciudad en su parte mágica y su parte mundana como el ambiente cosmopolita y sofisticado, en ocasiones decadente.
La autora también nos hace llegar su claro mensaje de diáspora, de dificultad para encontrar tu lugar en el mundo cuando tu herencia es mixta, ya sea cultural o genéticamente, o incluso ambas. Una de las herramientas más interesantes de las que hace uso para transmitir esta idea es la utilización de palabras del acervo mitológico chino, para provocar la extrañeza del lector occidental pero a su vez despertar su curiosidad.
A pesar de estos puntos positivos, la novela no está exenta de algunos defectos. El primer tercio del libro adolece de exceso de exposición y A.Y. Chao se empeña mucho en hacernos creer que la protagonista es insufrible. Comprendo que el tono juvenil de la novela quizá tampoco sea muy de mi agrado, pero creo que hay formas de escribir novela juvenil sin necesidad de partir de la premisa de que al lector le falta un hervor. Tampoco es que la prosa sea especialmente atractiva, con ciertas palabras que parecen traducciones literales de otro idioma que suenan un tanto impostadas.
En resumen, se trata de un libro que crea sentimientos encontrados pero que acaba con una valoración positiva.